domingo, 31 de marzo de 2013

Artemis Fowl 8 de Eoin Cofler, Capítulo 1 (parte 2) - TRADUCCIÓN



Aquí les dejo la segunda y última parte del 1º capítulo de este maravilloso libro. en verdad me esperaba tardar mucho más, pero me enganche ayer traduciendo e hice como 6 hojas de un tirón. espero que lo disfruten...

La Plaza de la Policía era una cresta empedrada de forma que la silueta de la insignia en forma de bellota de la Policía de los Elementos del Subsuelo estuviese cuidadosamente trazada por maestros artesanos. En lo que concernía a los oficiales de la PES, era una completa pérdida de esfuerzo, puesto que, generalmente, no eran del tipo que se inclinaba para mirar desde las ventanas del cuarto piso y maravillarse por como la luz solar artificial enganchaba el ritmo de cada adoquín dorado y se arreglaba para centellear.
En este día en particular, parecía que todos en el cuarto piso se habían deslizado de sus cubículos, como guijarros en una superficie inclinada, para reunirse en la sala de Situaciones, unida a la oficina/laboratorio de Potrillo.
Holly se abrió paso a codazos por la sección más angosta del extrañamente silencioso grupo. Mayordomo simplemente se aclaró la garganta una vez y la multitud se apartó como si estuviera magnéticamente repelida del gigante humano. Artemis tomó este camino hacia dentro de la sala de Situaciones para encontrar al Comandante Camorra Kelp y a Potrillo, parados frente a una pantalla del tamaño de la pared, absortos por los acontecimientos.
Potrillo notó los jadeos que seguían a Mayordomo hacia donde sea que iba en Refugio y miró a su alrededor.
-Que los cuatros te acompañen, -le susurró el centauro a Artemis, su felicitación/broma estándar por los pasados seis meses.
-Estoy curado, como bien tú sabes, -dijo Artemis. -¿Qué está pasando?
Holly se hizo un espacio al lado de Camorra Kelp, que parecía estar transformándose en su jefe formal, el Comandante Julius Remo, mientras pasaban los años. El Comandante Kelp rebosaba de una actitud determinada, causa por la que había adoptado el nombre de Camorra después de su graduación. Una vez había tratado de arrestar un trol por ensuciar, y resultó en el parche de piel artificial en la punta de su nariz, que brillaba amarillento desde un cierto ángulo.
-Corte Nuevo, Skipper, -Dijo Holly. –Remolacha tiene uno como ese.
El Comandante Kelp no quitó sus ojos de la pantalla. Holly estaba bromeando porque estaba nerviosa y Camorra lo sabía. Ella estaba en lo correcto en estar nerviosa. De hecho, sentir por completo miedo hubiera sido más apropiado, dada la situación que se emitía frente a ellos.
-Mira el show, Capitana, -dijo entre dientes. –Es bastante explicativo.
Habían tres figuras en la pantalla, un prisionero de rodillas y dos captores; pero Holly no ubicó a Opal Koboi en seguida porque la buscaba entre los dos seres parados. Con un salto, se dio cuenta de que Opal era la prisionera.
-Es un truco, -Dijo- Debe de serlo.
El Comandante Kelp se encogió de hombros. Míralo y observa.
Artemis se acercó a la pantalla, escaneando la imagen en busca de información.
-¿Están seguros de que es en vivo?
-Es una señal en vivo, -Dijo Potrillo. –supuse que podían estar enviándonos una señal pre-grabada.
-¿De dónde proviene?
Potrillo observó el mapa trazado en su propio monitor. La línea de llamada venía de un satélite mágico desde Sud-África, de allí hacia Miami y luego hacia otro centenar de lugares, como el garabato de un niño molesto.
-Hackearon un satélite y corrieron la línea a través de una serie de capas. Podría ser cualquier lugar.
-El sol está alto, -reflexionó Artemis en voz alta. –Puedo adivinar por las sombras que es temprano por la tarde. Si es actualmente una señal en vivo.
-Eso lo reduce a un cuarto del planeta, -Dijo Potrillo cáusticamente.
El alboroto del cuarto se intensificó mientras, en la pantalla, uno de los dos gnomos voluminosos parado tras Opal levantó un arma humana automática, que parecía un cañón en sus dedos mágicos.
Parecía que de pronto la temperatura de la sala de Situaciones había disminuido.
-Necesito paz, - dijo Artemis. –Saquen a esta gente de aquí.
La mayor parte de los días, Camorra Kelp hubiera discutido con Artemis sobre que no tenía autoridad para limpiar la habitación, y, probablemente, habría invitado a más gente a entrar a la estrecha oficina, sólo para probar su punto; pero este no era “la mayor parte de los días”.
-Todos fuera, -Le ladró a los oficiales reunidos -Holly, Potrillo y fangosillo, quédense donde están.
-Creo que también me quedaré, -Dijo Mayordomo, escudando con su mano la parte de arriba de su cabeza para evitar quemarse con la lámpara.
Nadie objetó.
Usualmente, los oficiales de la PES hubieran protestado con su reticencia de machos cuando se les ordenaba moverse, pero en esa instancia se apuraron hacia el monitor más cercano, ansiosos de no perderse ni un solo fragmento de los eventos que se estaban desencadenando.
Potrillo trabó la puerta tras ellos con un golpe de su pata, luego oscureció las ventanas para que no hubiera ninguna distracción de afuera. Los otros cuatro formaban un semicírculo frente a la pantalla de la pared, mirando los que parecían ser los últimos minutos de la vida de Opal Koboi. Una de las Opal Kobois, en cualquier caso.
En la pantalla habían dos gnomos, ambos usando mascaras paras fiestas anti-UV, programadas para parecerse a cualquiera. Estas habían sido modeladas a Pip y Kip, dos gatitos animados populares en la TV, pero las figuras aun eran reconocibles como gnomos por sus torsos fornidos y sus antebrazos rechonchos. Estaban frente a una mediocre pared gris, cerniéndose sobre el pequeño duende que estaba de rodillas sobre las marcas de barro de algún vehículo con ruedas, agua cayendo de las piernas de su traje de diseñador. Las muñecas de Opal estaban atadas y su boca tapada, y parecía verdaderamente aterrorizada.
El gnomo con la pistola habló a través de la caja de voz de la máscara, disfrazando su voz como la de Pip el gatito.
-No puedo hacerlo más simple, -chilló, y, de alguna manera, la voz animada lo hizo parecer más peligroso. –Tenemos una Opal, ustedes tienen la otra. Dejan salir a su Opal, y nosotros no matamos a ésta. Tenían veinte minutos, ahora tienen quince.
Pip el gato ladeó su arma.
Mayordomo tocó el hombro de Holly.
-¿Acaba de decir...?
-Sí. Quince minutos u Opal muere.
El guardaespaldas puso el aparato traductor en su oído. Pero era tan confiable como su dudosa comprensión de Gnómico.
Camorra Kelp estaba incrédulo,
-¿Qué clase de trato es ese? ¿Danos un terrorista o matamos a un terrorista?
-No podemos dejar que alguien sea asesinado delante de nuestros ojos, -dijo Holly.
-Absolutamente no, -estuvo de acuerdo Potrillo. –No somos humanos.
Artemis carraspeó.
-Perdón, Artemis, -dijo el centauro. –Pero ustedes, los humanos, son una raza sedienta de sangre. Seguro que a veces producimos una duendecilla loca por poder, pero por lo general, las criaturas somos amantes de la paz. Que es probablemente la razón por la que vivimos aquí abajo en primer lugar.
Camorra Kelp gruñó, uno de sus recursos como líder (Que no mucha gente podía acarrear, especialmente cuando estaba parado sobre lo que Artemis estaba seguro que eran botas de más de treinta centímetros.) Pero el gruñido de Camorra era lo suficientemente convincente como para sofocar la disputa.
-Concéntrense, gente, -Dijo. –Necesito una solución aquí. Bajo ninguna circunstancia podemos liberar a Opal Koboi, pero tampoco podemos quedarnos parados y dejar que sea asesinada.
La computadora había recogido algunas referencias de Koboi en la pantalla, y había elegido correr su archivo en una ventana lateral, en cualquier caso, nadie necesitaba refrescar su memoria.
Opal Koboi. Duende genio certificada como industrialista e inventora. Organizó el golpe goblin y su protesta. Clonada a sí misma para escapar de prisión y tratar de liderar a los humanos a Refugio. Responsable del asesinato del Comandante Julius Remo. Poseía una glándula pituitaria humana implantada para desarrollar la hormona del crecimiento (removida con posterioridad). La versión más joven de Opal siguió a la Capitana Canija desde el pasado y se encuentra actualmente en la línea del tiempo del presente. Está asumido que tratará de liberar a su yo encarcelado y volver a su propio tiempo. Opal ocupa la posición uno y dos en la lista de los Más Peligrosos de la PES. Categorizada como altamente inteligente, motivada, y psicótica.
“Esta es una movida osada, Opal”, pensó Artemis. “Y con repercusiones potencialmente catastróficas.”
Sintió a Holly mirando su hombro.
-¿Qué piensas, Artemis?
El niño frunció el seño.
–Mi primera impresión es llamarlo un engaño. Pero los planes de Opal, siempre toman en cuenta las primeras impresiones.
-Podría ser una trampa. Tal vez, esos goblins simplemente dispararán en falso.
Artemis sacudió la cabeza.
-No. Eso no traería otro desenlace más que un momento de horror para nosotros. Opal ha planeado esto para ganar, cual sea la ocasión. Si la desencarcelas, entonces ella es libre. Si la Opal más joven muere, entonces... ¿entonces qué?
Mayordomo intervino.
–Puedes hacer toda clase de cosas con los efectos especiales, hoy en día ¿Y si computarizaron su cabeza para que explote?
Artemis estaba decepcionado por esta teoría, la cual sintió que ya había descartado.
-No, Mayordomo. Piensa. De nuevo, no hay nada que ganar.
Potrillo bufó. –En cualquier punto, si la matan, sabremos muy pronto si todo eso es real o no.
Artemis rió a medias. –Es verdad. Ciertamente sabremos.
El guardaespaldas gruñó. Este era uno de esos momentos en el cual Artemis y Potrillo estaban al tanto de algo científico y asumían que todos los demás en la habitación también conocían todos los factores. Ocasiones como esta garantizaban volver a Holly loca.
-¿De qué están hablando? – Gritó. -¿Qué vamos a saber? ¿Cómo sabremos lo que sea que vaya a ser?
Artemis la miró como si estuviera despertando de un sueño -¿Realmente, Holly? ¿Tienes a dos individuos iguales ocupando la misma corriente del tiempo, y eres inconsciente de las ramificaciones?
En la pantalla, los gnomos se pararon como estatuas tras la temblorosa duendecilla. El que estaba armado, Pip, miraba ocasionalmente un reloj de pulsera levantando su manga con el cañón de la pistola, pero, por lo demás, esperaron pacientemente. Opal imploraba con los ojos, mirando la lente de la cámara; gruesas lágrimas recorrían sus mejillas, brillando por el sol. Su cabello parecía más fino de lo usual y sucio. Su traje Juicy de alta costura, conseguido sin duda en la sección infantil de alguna tienda exclusiva, tenía varios lugares rotos, las rasgaduras cubiertas de sangre. La imagen era de súper-alta-definición, y tan clara como si miraras por una ventana. Si esta era una amenaza falsa, entonces la joven Opal no lo sabía.
Camorra golpeó el escritorio, una afección de Julius Remo que había adoptado.
-¿Cuáles son las ramificaciones? Dime.
-Solo para ser claro, -dijo Artemis, -¿Quieres que te diga lo que la palabra ramificaciones significa? ¿O cuáles son las ramificaciones?
Holly golpeó con el hombro al genio en la cadera, apurándolo.
-Artemis, estamos contrarreloj aquí.
-Muy bien, Holly. Este es el problema…
-Vamos, -Declaró Potrillo. –Déjame explicar. Ésta es mi área, y seré conciso y al punto, lo prometo.
-Adelante, entonces, -Dijo Camorra, que era conocido por su amor por lo conciso y al punto.
Holly rió, una simple carcajada áspera. No podía creer que todos siguieran actuando como siempre, cuando una vida estaba en peligro.
Nos hemos vuelto desensibilizados, como los humanos.
Lo que sea que Opal haya hecho, aún era una persona. Hubieron días oscuros en los que Holly había soñado con cazar a esa pequeña duendecilla y aplicarle un poco de justicia al estilo de los Fangosos, pero esos días se habían ido.
Potrillo tiró de su mechón escandalosamente peinado.
-Todos los seres vivos están hechos de energía, -empezó con su típica voz pomposa de impartiendo información importante que usaba en momentos como ese. –Cuando este ser muere, su energía se disipa lentamente y vuelve a la tierra. –Hizo una pausa dramáticamente. -¿Pero, qué y si la completa existencia de un ser se viera negada por una repentina anomalía cuántica?
Camorra alzó los brazos. - !Whoa! Conciso y al punto, ¿Recuerdas?
Potrillo reformuló lo que estaba diciendo. -Okey. Si la Opal joven muere, entonces la Opal vieja ya no puede continuar existiendo.
Le tomó un segundo, pero al final Camorra lo captó. –Así que, ¿Será como en las películas? ¿Ella chisporroteará fuera de nuestra existencia, nosotros estaremos un poco perdidos por un momento, y luego nos olvidaremos de ella?
Potrillo rio disimuladamente. –Esa es una teoría.
-¿Cuál es la otra?
El centauro palideció de repente, y, atípicamente, le cedió la palabra a Artemis.
-¿Por qué no explicas tú esta parte? -dijo. –Me acabo de imaginar lo que podría pasar y necesito empezar a hacer llamadas.
Artemis asintió secamente. –La otra teoría fue formulada por primera vez por su propio profesor Bahjee hace cinco siglos. Bahjee creía que si la línea del tiempo era contaminada por la llegada de una versión más joven de un ser, y, posteriormente, ésta versión joven falleciera, entonces el ser del presente liberaría toda su energía violenta y espontáneamente. Y no solo eso, todo lo existente gracias a la joven Opal también haría combustión.
Violentamente y combustión fueron palabras que el Comandante Kelp entendió bien.
-¿Liberar su energía? ¿Qué tan violentamente?
Artemis se encogió de hombros. –Eso depende del objeto o ser. La materia es cambiada instantáneamente a energía. Una gran fuerza explosiva sería liberada. Podríamos hablar incluso de fisión nuclear.
Holly sintió como su corazón se aceleraba. -¿Fisión? ¿Fisión nuclear?
-Básicamente, -dijo Artemis. –para los seres vivos. Los objetos deberían causar un menor daño.
-¿Cualquier cosa que Opal haya hecho o contribuido a hacer va a explotar?
-No. Solo las cosas que ha influenciado en los pasados cinco años de nuestro tiempo, entre medio de sus dos edades, a pesar de que, probablemente, habrán ondas temporales en ambos lados.
-¿Estás hablando de todas las armas de su compañía que todavía están en comisión? -Preguntó Holly.
-Y los satélites, -añadió Camorra. –Todo vehículo secundario de la ciudad.
-Es solo una teoría, -Dijo Artemis. –Hay otra teoría que sugiere que nada va a pasar, a excepción de la muerte de una persona. La física triunfa sobre la física cuántica, y las cosas siguen como es normal.
Holly se encontró a sí misma con la cara roja con furia súbita. –Estás hablando como si Opal ya estuviera muerta.
Artemis no estaba seguro de que decir. –Estamos contemplando el abismo, Holly. En poco tiempo, muchos de nosotros podríamos estar muertos. Necesito ser objetivo.
Potrillo alzó la mirada del panel de su computadora. -¿Qué piensas sobre los porcentajes, fangosillo?
-¿Porcentajes?
-Teoría correcta.
-Oh, ya veo ¿Cómo serían las explosiones?
-Exactamente.
Artemis pensó sobre ello. –Considerando todas las cosas, diría que un noventa por ciento. Si fuera un hombre de apuestas, y hubiera alguien que aceptara este tipo de apuestas, pondría mi última moneda de oro en ello.
Camorra paseaba por la pequeña oficina. –Necesitamos liberar a Opal, inmediatamente.
Ahora Holly estaba insegura. –Pensemos sobre esto, Cam.
El comandante se giró hacia ella. –¿No escuchaste lo que dijo el humano? ¡Fisión! No podemos tener fisión en el subsuelo.
-Estoy de acuerdo, pero podría ser un truco.
-La alternativa es demasiado terrible. La soltamos, y la cazamos. Pon a Atlantis en la línea. Necesito hablar con el guardián de las profundidades ¿Aún se encuentra Vinyáya?
Artemis habló tranquilamente, pero con el tono de mando que lo hizo un líder natural desde la edad de diez años.
-Es demasiado tarde como para liberar a Opal. Todo lo que podemos hacer es salvar su vida. Eso es lo que ella planeó.
-¿Salvar su vida? –objetó Camorra. –Pero todavía tenemos… -El Comandante Kelp revisó la cuenta regresiva. –Diez minutos.
Artemis palmeó el hombro de Holly y luego se alejó de ella. –Si la burocracia mágica es en cualquier cosa parecida a la humana, entonces no serán capaces de poner a Opal dentro de una lanzadera en ese tiempo. Lo qué sí podrían hacer es llevarla al núcleo del reactor.
Kelp todavía no había aprendido a callarse y dejar al niño explicar, así que siguió haciendo preguntas, alentando en proceso, gastando segundos valiosos.
-¿El núcleo del reactor? ¿Qué núcleo del reactor?
Artemis levantó un dedo. –Una pregunta más, Comandante, y seré forzado a decirle a Mayordomo que lo restrinja.
Kelp estaba a un suspiro de echar a Artemis o acusarlo de algo, pero la situación era crítica y, si había una chance de que este humano pudiera, de alguna forma, ayudar…
Apretó sus puños hasta que sus dedos crujieron. -Okey. Habla.
-Las Profundidades son alimentadas por un reactor natural de fisión, en una capa mineral de uranio, posada sobre una cama de granito similar a la de Oklo, Gabón, -Dijo Artemis, arrancando los hechos de su memoria. –La compañía de poder de las Criaturas cosechan la energía en pequeñas vainas dentro del uranio. Estos estuches están estructurados con ciencia y magia para resistir una explosión nuclear moderada. Eso es lo que enseñan en las escuelas aquí ¿Todas las hadas en esta habitación lo saben, correcto?
Todos asintieron. Técnicamente, estaba en lo correcto, como lo sabían ahora.
-Si podemos poner a Opal dentro de la ranura antes del tiempo límite, entonces la explosión al menos estaría contenida y, teóricamente, si le echamos suficiente espuma anti-radiación, Opal incluso retendrá su integridad física. A pesar de que eso es algo, no apostaría mi última moneda en ello. Opal, aparentemente, está preparada para tomar el riesgo.
Camorra estuvo tentado a golpear al humano en el pecho, pero se resistió prudentemente. -¿Estás diciendo que todo esto es un elaborado plan de escape?
-Por supuesto, -dijo Artemis. –Y no tan elaborado. Opal nos está forzando a liberarla de su celda. La alternativa es la completa destrucción de Atlantis y de cada alma allí, lo que es impensable para cualquier persona, excepto Opal.
Potrillo ya había obtenido los planos de la prisión. –El núcleo del reactor está a no más de noventa y dos metros por debajo de la celda de Opal. Ahora estoy contactándome con el guardia.
Holly sabía que Artemis era un genio y que no había nadie más calificado para adivinar las intenciones de los secuestradores. Pero aún así tenían opciones.
Miró las figuras en la pantalla y se enfrió por lo casual que se veían esos gnomos a la luz de lo que estaban por hacer. Se encorvaban como adolescentes, apenas mirando a su cautiva, arrogantes en sus habilidades y ni una pizca conscientes de sus mascaras-inteligentes de personajes animados, que “leían” sus caras y proyectaban la emoción apropiada al estilo exagerado de las caricaturas. Esas caretas eran muy populares entre la multitud de karaoke, quienes entonces podían verse y sonar como sus ídolos.
“Tal vez ni siquiera saben lo que está en riesgo aquí,” Pensó Holly repentinamente. “Tal vez estén tan despistados como lo estaba yo diez segundos atrás.”
-¿Pueden escucharnos? –Le preguntó a Potrillo.
-Sí, pero aún no nos han respondido. Solo presiona el botón.
Esta era una vieja forma de hablar; en realidad no había ningún botón, sino un sensor en la pantalla táctil.
-¡Aguarda, Capitana! –ordenó Camorra.
-Soy una negociadora entrenada, señor, -dijo Holly, esperando que el respeto en su tono le hiciera lograr lo que quería. –Y una vez fui… -Miro culpable a Artemis, apenada por tener que jugar esa carta. –Y una vez fui rehén, así que sé cómo van las cosas. Déjeme hablarles.
Artemis asintió con coraje, y la elfa supo que había entendido su táctica.
-La Capitana Canija está en lo correcto, Comandante, -dijo. -Holly es un comunicador natural. Incluso se las arregló para hacerme a mí entender.
-Hazlo, -rugió Camorra. -Potrillo, sigue tratando de comunicarte con Atlantis. Y reúne al Concejo; necesitamos empezar a evacuar las dos ciudades ahora.
A pesar de que no podías ver sus caras verdaderas, las expresiones caricaturescas de los gnomos estaban aburridas. Eso decían la inclinación de sus cabezas y la curvatura de sus rodillas. Tal vez todo esto no era tan excitante como pensaron que iba a ser. Después de todo, no podían ver a su audiencia, y nadie había respondido a sus amenazas. Lo que había empezado como un acto revolucionario, se veía ahora como dos grandes gnomos metiéndose con una duendecilla.
Pip blandió su arma hacía Kip, y el significado era obvio: ¿Por qué no solo le disparamos ahora?
Holly activó el micrófono con una sacudida de su mano.
-Hola, ustedes allí. Ésta es la Capitana Holly Canija de la PES ¿Pueden escucharme?
Los gnomos se animaron, y Pip incluso intentó un silbido, que vino a través de la caja de voz como una vibración.
-Hey, Capitana Canija. Hemos escuchado sobre ti. He visto imágenes. No está mal Capitana.
Holly reprimió una réplica mordaz. Nunca debes forzar a un secuestrador a demostrar su resolución.
-Gracias, Pip ¿Puedo llamarte Pip?
-Tú, Holly Canija, puedes llamarme de cualquier manera y en cualquier momento que quieras, -chilló Pip, mientras extendía su mano libre para chocar nudillos con su compañero.
Holly estaba incrédula. Esos dos estaban a punto de incapacitar por completo el mundo mágico, y bromeaban sobre ello como dos goblins en una fiesta de bolas de fuego.
-Okay, Pip, -continuó uniformemente. -¿Qué podemos hacer por ustedes?
Pip sacudió la cabeza tristemente hacia Kip. -¿Por qué las más lindas son siempre las más estúpidas? –Giró hacia la cámara. –Tú sabes lo que puedes hacer por nosotros. Ya se lo dijimos. Liberen a Opal Koboi, o su modelo joven va a tomar un largo sueño. Y con eso me refiero a recibir un tiro en la cabeza.
-Necesitan darnos un poco de tiempo para mostrar confianza. Vamos, Pip ¿Una hora más? ¿Por mi?
Pip rascó su cabeza con el cañón del arma, pretendiendo estar considerándolo. –Eres linda, Holly. Pero no tan linda. Si te doy otra hora, nos rastrearan de algún modo y me tirarán un congela-tiempo a la cabeza. No, gracias, Cap. Tienen diez minutos. Si fuera tú, abriría esa celda o llamaría al director del funeral.
-Este tipo de cosas llevan tiempo, Pip, -persistió Holly, repitiendo el nombre para forjar un vínculo. –Toma tres días pagar una multa de tránsito.
Pip se encogió de hombros. –No es mi problema, bebe. Y puedes llamarme Pip todo el día y no nos hará mejores amigos. No es mi nombre real.
Artemis desactivó el micrófono. –Este es inteligente, Holly. No juegues con él, solo di la verdad.
La elfa asintió y prendió el aparato. -Okey, cual sea tu nombre. Déjame decírtelo directamente. Hay una buena chance de que, si le disparan a la Opal joven, aquí abajo habrá una serie de grandes explosiones. Mucha gente inocente morirá.
Pip blandió su pistola sin cuidado. -Oh si, las leyes cuánticas. Sabemos sobre eso, ¿no, Kip?
-Leyes cuánticas, -Dijo Kip. –Por supuesto que lo hacemos.
-¿Y no les importa que hadas buenas, gnomos que podrían estar emparentados a ustedes, mueran?
Pip alzó sus cejas para que se juntaran sobre la máscara. –¿Te llevas bien con alguien de tu familia, Kip?
-No tengo familia. Soy huérfano.
-¿En serio? Yo también.
Mientras bromeaban, Opal se estremecía en el suelo, tratando de hablar a través de la cinta. Potrillo obtendría un análisis vocal de los apagados murmullos después, si es que había un después, pero no se necesitaba ser un genio para figurarse que estaba rogando por su vida.
-Debe de haber algo que necesiten, -dijo Holly.
-Hay algo, -respondió Pip. –¿Puedo conseguir tu código-com? Seguro que me encantaría salir por un sim-latte cuando todo esto acabe. Puede que sea en un tiempo, por supuesto, en lo que Ciudad Refugio permanece en ruinas.
Potrillo puso un cuadro de texto en la pantalla que decía: Están trasladando a Opal.
Holly pestañó para demostrar que había entendido, luego siguió con la negociación. –Esta es la situación, Pip. Tenemos nueve minutos. No puedes sacar a alguien de Atlantis en nueve minutos. No es posible. Ellos necesitan ponerse el traje, presurizar, tal vez; ir a través de conductos hacia mar abierto. Nueve minutos no es suficiente.
Las respuestas teatrales de Pip se estaban volviendo un poco difíciles de tomar. –Bien, entonces creo que un montón de gente van a nadar. La fisión puede hacer un tremendo agujero en el escudo.
Holly se rompió. -¿No se preocupan por nadie? ¿Cuál es el precio por el genocidio?
Pip y Kip rieron.
-Es un horrible sentimiento, ¿no? La impotencia. - dijo Pip. –Pero hay sentimientos peores. Los Drownings, por ejemplo.
-Y ser aplastado por escombros de edificios, -añadió Kip.
Holly golpeó con sus diminutos puños la consola.
Estos dos son tan exasperantes.
Pip se acercó a la cámara, para que su máscara ocupara toda la pantalla. –Si no recibo una llamada de Opal Koboi en los próximos minutos diciéndome que está en una lanzadera camino a la superficie, le voy a disparar a esta duendecilla. Créelo.
Potrillo apoyó la cabeza en sus manos. –Solía adorar “Pip y Kip”, -Dijo.

Bueno, ese es el final del primer capítulo, y el segundo no es muy largo (6 hojas) asi que espero tenerlo listo pronto :)

1 comentario:

  1. Aaaaaaaa con ganas de matarlos en serio NO PUEDE SER!!! agh que estresante ... en fin muy buena traducción(como siempre)esperando el proximo capitulo espero que alguien golpee a eso dos ¬¬
    besos :)

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