viernes, 3 de mayo de 2013

Artemis Fowl 8 - Eoin Cofler, Capítulo 6 parte 2/3- TRADUCCIÓN

Hey! ¿Como andan? Y seguimos con la racha, que bueno, espero poder seguir así con el resto de la historia y mis próximos proyectos... 



Espacio aéreo Irlandés

Opal no podía voltear su cara del sello porque  había puesto todo su poder en la tarea. Ella era la llave, y los dos estaban emparentados. Su colisión era tan inevitable como el paso del tiempo. Opal sintió la piel de su cara extenderse hacia el candado, y sus brazos fueron tirados hasta que las articulaciones crujieron.
“El hechicero enano era, de hecho, muy poderoso,” pensó. “Incluso después de todo este tiempo, su magia aún persiste.”
Su trayectoria la llevó en un arco regular a la superficie del Atlántico y a través del cielo hacia Irlanda. Descendió como una bola de fuego en una honda al Estado Fowl, sin tiempo para preguntarse, preocuparse, o para el caso deleitarse, con la inminente prueba de su teoría.
“Levantare a la muerte,” Había pensado regularmente en su celda. “Ni siquiera Potrillo puede jactarse de eso.”
Opal golpeó el Estado Fowl como un cometa a la Tierra, directamente en la protuberancia desgastada de la torre de Martello, con sus reptantes plantas alienígenas. Como un perro tras su hueso, su corona de magia destruyó la torre y limpió el cráter por sí misma, haciendo espirales seis metros hacia abajo, pasando siglos de depósitos, revelando otra torre más ancestral debajo. La magia resoplando fuera del techo cerrado,  distribuyéndose sobre él como brillantes hombres-de-guerra.
Opal yació boca abajo, flotando, mirando en sueños los eventos desplegarse. Vio sus dedos aplastarse y contraerse, con corrientes de chispas saliendo disparadas de las puntas. Vio el hechizo de camuflaje despojado de lo que parecía ser una simple piedra de metamorfosis, revelando una torre de piedra áspera con complicados grabados en la superficie. El ectoplasma mágico se hundió dentro de las runas grabadas, electrizándolas, enviando riachuelos hirvientes cursando por las ranuras.
“Ábrete ante mí,” pensó Opal, aunque esta era una de las interpretaciones de los patrones de su cerebro. Otra interpretación podría haber sido Aaaaaaargghhhhhh.
Las runas del sello abundaron de magia, volviéndose animadas, deslizándose como serpientes en arenas calientes, mordiéndose unas a otras, las gruesas tragando a las líneas de poca magia, hasta que solo quedo una simple copla en Gnómico:
Here be the lock first of two
See it open and live to rue
(Aquí está el primer candado de dos
Velo abierto y vive para lamentarlo)
Opal tenía la suficiente consciencia para sonreír dentro de su capullo. Poesía mágica medieval. Típicamente despuntada. Mala gramática, rima obvia, y melodrama saliendo de sus orejas metafóricas.
“Debo verlo abierto,” Pensó. “Y Artemis Fowl vivirá para lamentarse. Pero no por mucho.”
Opal se reunió a sí misma, y alojó su mano derecha plana sobre la roca, sus dedos se extendieron, la magia nublando sus puntas. La mano penetró como luz solar en la penumbra, las grietas radiando por el contacto.
“Levántense,” pensó. “Levántense, mis bellos guerreros.”
Los Berserkers fueron expulsados del suelo bandito hacia el aire como el disparo de un canon. El tirón de la otra vida disminuyó, y los guerreros se sintieron libres para completar su misión. La próxima muerte, sabían, sería su última, y finalmente las puertas a Nimh se abrirían ante ellos. Eso había sido lo prometido; lo anhelaban. Es cierto que, aunque la vida se acabara, las almas están hechas para el paraíso y no descansarán hasta alcanzarlo. Esto era algo desconocido para el hechicero enano que había forjado la llave y sello. No sabía que había condenado a sus guerreros a diez mil años con sus caras ocultas de la luz. Y esconderse de ella por mucho tiempo podía costarle a una persona el alma.
Pero ahora, todas las promesas que habían sido susurradas en sus orejas moribundas, mientras los curas arrastraban sus pesados y cojos cuerpos a las trincheras, estaban al borde de ser completadas. Todo lo que tenían que hacer era defender el sello con sus cuerpos robados, y su próxima puerta les abriría la entrada al paraíso. Los Berserkers podrían irse a casa.
Pero no antes de que la sangre humana haya sido derramada.
La tierra chisporroteó y bailó mientras el ectoplasma de cien guerreros mágicos se abrió paso a través él. Surgieron hacia arriba, impacientes por la luz. Fueron atraídos inexorablemente por la llave que yacía sobre el sello de roca, y pasaron por el conducto de su magia uno por uno.
Oro fue primero.
“Es un duende,” notó no sin poca sorpresa, ya que los duendes eran conocidos por su falta de habilidad mágica “¡Y una fémina! Pero, con todo ello, la magia de esta era poderosa.”
Mientras cada guerrero pasó por el ser de Opal, ella sintió su dolor y desesperación, y absorbió sus experiencias antes de expulsarlos hacia el mundo con un comando.
Obedézcanme. Ahora son mis soldados.
Y así estaban Oro y su banda de Berserkers ubicados debajo del geasa, o conexión mágica, para seguir a Opal a donde sea que ella ordene. Se desparramaron por el cielo, buscando un cuerpo para habitar dentro del círculo mágico.
Como el líder, Oro tenía derecho a la primera elección de las cifras disponibles, y lo tuvo; como muchos de sus guerreros, pasó muchas miles de horas considerando que criatura sería el huésped ideal para sus talentos. Idealmente, elegiría un elfo con un poco de músculo y un brazo largo para esgrima; pero era inusual que un espécimen tan fino estuviera fácilmente disponible, e incluso si lo estuviera, sería una vergüenza tomar un elfo y reemplazarlo con otro. Recientemente, Oro había colocado a un trol como su vehículo de elección, si llegara a pasar que hubiera uno merodeando por allí.
Imagínenlo. Un trol con la mente de un elfo ¡Qué guerrero más formidable sería!
Pero allí no habían trols, y el único ser mágico disponible era un gnomo endeble con runas de protección cruzando su pecho. No podía poseer ese.
Habían humanos, tres de las criaturas odiadas. Dos hombres y una mujer. Le dejaría la mujer a Bellico, una de las dos hadas femeninas en su categoría. Así que eso dejaba a los hombres.
El alma de Oro hizo círculos sobre los chicos. Dos curiosos pequeños individuos humanos, que no mostraban la impresión que  la situación parecía llamar. Su mundo se había disuelto a un vórtice de magia, por el amor de Danu ¿No deberían estar temblando en sus botas, burbujeando por la nariz, y rogando por una piedad que no vendría?
Pero no, sus reacciones eran sorprendentes. El niño pelinegro se había movido rápidamente hacia la chica caída para comprobar expertamente su pulso. El segundo, uno rubio, había arrancado una mata de juncos con una fuerza sorprendente para su tamaño, e incluso estaba acosando al estúpido gnomo, obligándolo a retroceder hacia una zanja.
“Ese me interesa,” Pensó Oro. “Es joven y pequeño, pero su cuerpo desprende poder. Lo obtendré.”
Y era tan simple como eso. Oro lo pensó, y entonces se volvió una obra. Un segundo estaba flotando sobre Beckett Fowl, y al siguiente se había convertido él y estaba superando al gnomo con un puñado de cañas alargadas.
Oro rió en voz alta mientras los sentidos asaltaban sus terminales nerviosas. Sintió el sudor en las puntas de sus dedos, la suavidad brillante de las cañas. Olió al niño, su joven energía, como a heno y verano. Sintió un corazón lleno de juventud latir como una batería en su pecho.
-¡Ja! -Dijo exultante, y continuó apaleando al gnomo por pura diversión, pensando: “El sol es cálido, alabado sea Belenos. Vivo una vez más, pero moriré orgulloso este día por ver humanos en el suelo junto a mí.”
Porque es cierto que los guerreros mágicos resucitados poseen patrones de pensamiento simples y no tienen mucho en el camino del sentido del humor.
-Suficiente de este juego, -Dijo en Gnomico, y su lengua humana manejaron las palabras para que sonaran como un discurso de gruñidos animales. -Debemos reunirnos.
Oro miró los cielos, donde sus guerreros plasmáticos se derramaban sobre él como una serie de criaturas transparentes de aguas profundas. -Esto es lo que hemos estado esperando, -Los llamó -Encuentren un cuerpo dentro del círculo.
Y se dispersaron en un destello de ozono, recorriendo el Estado Fowl por cuerpos que se convertirían en sus huéspedes.
Los primeros en ser tomados fueron los humanos que estaban cerca.
Era un día pobre para cazar por cifras en la finca de los Fowl. En un fin de semana promedio, la mansión hubiera alojado a, prácticamente, una multitud. Y presidiendo de todo estarían Artemis Padre y Angeline Fowl, amo y ama de la mansión. Pero en este fatídico día, la casa estaba prácticamente cerrada por la cercanía de las vacaciones navideñas. Los padres de Artemis estaban en Londres, atendiendo una eco-conferencia, con un asistente personal y dos criadas de remolque. El resto del personal se había ido temprano, con solo la ocasional visita vacacional para mantener la mansión funcionando. Los padres Fowl habían planeado recoger a su hijo en la pista en el Aeropuerto de Dublín una vez que Artemis haya concluido su terapia, y luego apuntar la nariz cónica compuesta del Jet Verde hacia Cap Ferrat para pasar la Navidad en Côte d’Azur.
Hoy, nadie estaba en casa a excepción de Juliet y sus encargados. Ni una pepita de humanidad para meterse dentro, había mucha frustración en las almas circulantes que habían estado soñando por este momento por un muy largo tiempo. Así que las opciones estaban limitadas a una variada fauna, incluyendo ocho cuervos, dos ciervos, un tejón, y una pareja de pontiers ingleses de caza que Artemis Padre mantenía en los establos, y cadáveres con algunas chispas en ellos, más abundantes de lo que debes creer. Los cuerpos estaban lejos de ser los huéspedes ideales, ya que el decaimiento y la desecación hacían que el pensamiento rápido y los movimientos motrices fueran dificultosos. También, algunas partes podían caerse cuando más las necesitaras.
Los primeros cuerpos donde fueron estaban bastante bien preservados para su edad. Artemis Padre tenía, de sus años de gánster, una colección robada de guerreros chinos momificados, a la que todavía le tenía que encontrar una manera segura de repatriar, y por eso estaba almacenada en un sótano secreto sellado en seco. Los guerreros estaban más que sorprendidos por encontrar su material cerebral reanimada y rehidratada, y su consciencia controlada por guerreros aún más antiguos que ellos. Salieron a la acción en armaduras oxidadas y rompieron el vidrio de muchas vitrinas para reclamar sus espadas y lanzas astadas, con puntas de acero pulidas hasta un brillo mortal por un pastor amoroso. La puerta del sótano cedió rápidamente bajo su asalto, y las momias atravesaron el gran salón de la mansión hacia la luz del sol, pausando un momento para sentir su toque cálido en las cejas alzadas antes de avanzar por el pasto hacia su líder, forzándose a sí mismos a apurarse a pesar de sus sentidos recién despertados, que rogaban parar y oler cualquier planta viva. Incluso las pilas de composta.
Los siguientes cuerpos en ser reanimados fueron aquellos de un grupo de chicos ruidosos que habían sido enterrados en un derrumbe en una cueva durante el siglo dieciocho, mientras enterraban lo saqueado del tesoro valioso de un galeón, que habían transferido desde el incorrupto casco del Octágono HMS a su propio bergantín*, El Chafarote. El temido pirata, Capitán Eusebius Fowl, y diez de su ligeramente menos temida tripulación no habían sido aplastados por la roca sino sellados en una burbuja hermética que no admitía siquiera el silbido de un pájaro para que sus pulmones chuparan.
Los cuerpos piratas se sacudieron como si estuvieran electrocutados, se sacaron los mantos de algas, y se exprimieron por un reciente agujero erosionado en las paredes de su tumba, sin hacerle caso a las articulaciones desaparecidas y las costillas faltantes que el viaje les había costado.
Aparte de este grupo, habían diversos cadáveres encontrados fuera de su lugar de descanso para convertirse en cómplices de la última lucha por poder de Opal Koboi. El espíritu ya había pasado de algunos, pero a aquellos que habían muerto violentamente o con una tarea sin terminar, les quedaba un fantasma de su esencia, que no podía hacer más que lamentar el maltrato acumulado en sus cuerpos por los Berserkers.
Opal Koboi presionó la roca ancestral, y las runas se deslizaron como fieras serpientes para asentarse una vez más, congregándose al rededor de la huella de la mano de Opal en el centro de la llave mágica.
“La primer cerradura ha sido abierta,” Pensó, sus sentidos retornando en olas nauseabundas. “Solo yo puedo cerrarlo ahora.”
El gnomo antes referido como Pip, pero cuyo nombre real era Gotter Dammerung, cojeó hacia el cráter, trepó los antiguos escalones de la torre, y envolvió un manto brillante al rededor de los hombros de Opal.
-Manto estrellado, señorita Opal, -Dijo. -Como lo requirió.
Opal acarició el material y estuvo satisfecha. Encontró que aún había magia suficiente en las puntas de sus dedos para calcular la cantidad de hilos.
-Bien hecho, Gunter.
-Es Gotter, señorita Koboi, -Corrigió el gnomo valientemente.
Los dedos acariciantes de Opal se congelaron, luego agarró un puñado de su capa de seda tan fuerte que salió humo. -Sí, Gotter ¿Le disparaste a mi yo más joven?
Gotter se enderezó. -Sí, señorita, como ordenó. Le di un lindo entierro, como dijo en el código.
A Opal se le ocurrió que ese hada sería un recordatorio constante del sacrificio de su yo más joven por poder.
-Es verdad que les ordené matar a la Opal joven, pero ella estaba aterrorizada, Gotter. Lo sentí.
Gotter estaba perplejo. Ese día no estaba transcurriendo como el gnomo había imaginado. Él había nutrido imágenes de guerreros enanos pintados, con trenzas de huesos picudos flotando tras ellos, pero en su lugar estaba rodeado de niños humanos y vida silvestre agitada.
-No me gustan esos conejos, -Espetó, probablemente la desestimación más monumentalmente ilógica de su vida. -Se ven raros. Mira sus orejas vibrantes.
Opal sintió que una persona con su importancia no debería lidiar con comentarios como ese, y por eso vaporizó al pobre Gotter con un disparo de poder plasmático, dejando nada más del fiel gnomo que una mancha negruzca de pasto quemado en el suelo. Un mal uso del plasma, como se vio después, porque Opal ciertamente podría haber usado un momento para cargar por completo un segundo rayo para lidiar con la lanzadera blindada que había aparecido de repente sobre el muro de la frontera. Aunque era verdad que tenía un escudo; pero Opal tenía suficiente magia negra como para ver el corazón del resplandor antes que ella. Reaccionó un poco precipitadamente y envió un débil rayo a toda velocidad por la izquierda, pudiendo solo sujetar la carcasa del motor y no dañando a la nave entera. La magia errante voló libre por el viento, golpeando un torreón de la pared de la finca antes de colapsar en petardos que salieron zumbando hacia el cielo.

*Bergantín: Buque de dos palos y velas cuadradas

¿Y? ¿Qué tal les pareció? Ahora solo falta una parte que dura 6 hojas pero que ya empecé :D Hasta ahora, con este incluido, ya traduje 47 hojas de word y me faltan... 83, Wow, ya llegue a un tercio de la historia, que felicidad! Nos vemos o el domingo, o el fin de semana que viene ;)

1 comentario:

  1. Me parecio entretenido, yo tambien ubiera esperado dwarf guerreros espectrales, pero momias, esqueletos y a Juliet no estan nada mal (de los conejitos mis dudas, pero uno nunca debe de subestimar al enemigo).

    Se agradece por la traduccion de las 47 hojas y esperaremos con ansias las otras 83. Saludos.

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