sábado, 11 de mayo de 2013

Artemis Fowl 8 - Eoin Cofler, Capítulo 6 parte 3/3- TRADUCCIÓN



Hola! Como andan? Acá les traigo la última parte de este capítulo junto a malas noticias: empiezo época de trimestrales y no tengo la más pálida idea de cuando podré actualizar con el próximo capítulo (que estoy viendo si lo divido o no), perdonen por esto y disfruten :)
A pesar de que el Cupido fue apenas golpeado, el contacto fue suficiente como para fundir el motor de cohete, desactivar las armas y enviarlas en picada dentro del centro de la tierra, algo que ni el mejor piloto hubiera podido suavizar.
“Más cuerpos para mis soldados,” Pensó Opal, acomodando la capa estrellada a su alrededor y saltando ágilmente hacia abajo los escalones de la torre. Trepó la pared del cráter y siguió el surco abierto a través de la pradera por la mortalmente dañada lanzadera. Sus guerreros estaban cerca detrás suyo, todavía medio drogados por las nuevas sensaciones, tambaleándose en sus nuevos cuerpos, tratando de formar palabras en sus gargantas no familiarizadas.
Opal miró hacia arriba y vio tres almas yendo hacia la nave humeante, que había llegado a un extraño descanso aglomerado dentro del sotavento del límite de una pared.
-Tómenlos, -Llamó a los Berserkers. -Mi regalo para ustedes.
En este punto, casi todos los Berserkers se habían acomodado y estaban estirando los tendones con gran gusto, o raspando la tierra debajo de sus patas, u oliendo el almizcle de la noche. Todos se habían proveído ya de huéspedes, a excepción de estas tres almas rezagadas que se habían resignado a pasar la resurrección, apretados y humillados dentro del cuerpo de patitos, cuando estos nuevos huéspedes llegaron dentro del círculo.
Dos humanos y un hada. Los espíritus de los Berserkers se elevaron. Literalmente.
Dentro del Cupido, fue Holly quien había salido mejor del choque, a pesar de ser la más cercana al impacto. Haber salido mejor, de todos modos, era un término relativo, y probablemente no el que Holly hubiera escogido para describir su condición.
Fui la que mejor salí, hubiera probablemente tratado de decir a la primera oportunidad. Solo tuve un pulmón perforado y la clavícula fracturada. Deberías haber visto al resto.
Por suerte para Holly, sus amigos ausentes una vez más contribuyeron en no estar muertos. Justo como los bio-sensores de la Ventana del Cielo de Potrillo evitaron una colisión calamitosa en el puerto de lanzaderas, su querido amigo, el hechicero Nº1, la había salvado con su propia marca de magia demoníaca.
¿Y cómo lo había hecho? Había pasado dos días antes en su café sintético seminal en Stirbox, una empresa a de java a la moda en el Barrio de Jazz. Nº1 había estado más hiperactivo de lo usual, debido al expreso doble que cursaba a través de su escuálido cuerpo gris. Las runas en relieve del marco de su armadura enchapada brillaban con un exceso de energía.
-Se supone que no debo tomar café sintético, -Confesó. -Qwan dice que disturba mi chi. -El pequeño demonio le guiñó un ojo, momentáneamente ocultando un ojo naranja. -Podría haberle dicho que los demonios no tenemos chi, sino qwa, pero no creo que esté listo para eso aún.
Qwan era el maestro mágico de Nº1, y tanto afecto le tenía el pequeño demonio a su maestro que pretendía no haberlo superado años atrás.
-Y el café es genial para el qwa. Lo hace silbar bien derecho. Probablemente podría convertir una jirafa en un sapo si quisiera. A pesar de que habría mucho exceso de piel sobrante. Más que nada piel del cuello.
-Esa es una idea perturbarte, -Dijo Holly. -Si quieres hacer algún tipo de magia relativa a los anfibios, ¿Por qué no haces algo sobre los sapos groseros?
Los sapos groseros eran el resultado de una broma escolar en la que un grupo de postgrado había podido imbuir una cepa de sapos con el poder de la palabra. Malas palabras únicamente. Había sido gracioso por unos cinco minutos, hasta que empezaron a multiplicarse a un ritmo feroz, escupiendo epítetos sucios a cualquier cosa que se moviera, incluyendo niños mágicos y abuelas.
Nº1 rió suavemente. -Me gustan los sapos groseros, -Dijo. -Tengo dos en casa llamados Bleep y D’Arvit. Son muy rudos conmigo, pero sé que no quieren hacerlo. -El pequeño demonio tomó otro sorbo de su café. -Así que hablemos de tu problema mágico, Holly.
-¿Qué problema mágico? -Preguntó la elfa, genuinamente perpleja.
-Veo la magia como otro color en el espectro, y estás desprendiendo magia como fugas de queso de pantano apestoso.
Holly miró sus propias manos, como si la evidencia fuera visible. -¿Lo estoy?
-Tu esqueleto es la bacteria que guarda la magia, pero el tuyo ha sido abusado una vez demasiado ¿Cuántas curaciones has sufrido? ¿Cuántos traumas?
-Uno o dos, -Admitió Holly, refiriéndose a nueve o diez.
-Uno o dos este ciclo, -Se mofó Nº1. -No me mientas, Holly Canija. Tu actividad electro-dérmica incrementó significativamente. Eso significa que las yemas de tus dedos están sudando. Puedo ver eso también. -el pequeño demonio gris se encogió de hombros -En realidad, a veces veo cosas que no tengo deseos de ver. Un duende vino a mi oficina el otro día, y tenía un montón de larvas microscópicas aro-gusano retorciéndose en su axila ¿Qué está mal con la gente?
Holly no respondió. Era mejor dejar a Nº1 despotricar las cosas fuera de su sistema.
-Y veo que has estado donando una chispa o dos de tu magia al clon de Opal en la clínica, tratando de hacerla sentir un poco más cómoda. Estás perdiendo tú tiempo, Holly. Esta criatura no tiene un espíritu; la magia no sirve.
-Estas mal, Nº1, -Dijo Holly despacio. -Nopal es una persona.
Nº1 tendió sus ásperas palmas. -Dame tus manos, -Dijo.
Holly puso sus dedos en los de él. -¿Vamos a cantar salomas*?
-No, -replicó Nº1. -Pero esto puede doler un poco.
Esto puede doler un poco es el código universal para esto definitivamente dolerá mucho, pero antes de que el cerebro de Holly pudiera traducir esto, la runa en la frente de Nº1 se espiraló, algo que solo hacía cuando estaba necesitando un desplazamiento de poder mayor. Se las arregló para decir, -Espera un… -Antes de sentir como dos anguilas eléctricas se enrollaron alrededor de sus brazos, deslizándose hacia arriba y hundiéndose en su pecho. No era una experiencia placentera.
Holly perdió el control de sus miembros, con espasmos recorriéndole el cuerpo como una marioneta al final de las cuerdas sonrientes de un titiritero. El episodio no duró más de cinco segundos, pero cinco segundos de agudo disconfort pueden parecer un largo tiempo.
Holly tosió humo y habló una vez que su mandíbula dejó de temblar. -Supongo que tienes que hacerlo en una tienda de café.
-Pensé que no nos veríamos por un tiempo, y me preocupo por ti. Eres tan temeraria, Holly. Tan ansiosa por ayudar a cualquiera excepto a ti misma.
Holly flexionó los dedos, y era como si sus articulaciones hubieran sido aceitadas
-Wow, me siento genial ahora que el dolor cegador paró. -De repente, registró el resto de las palabras de su amigo. -¿Y por qué no nos veremos por un tiempo?
Nº1 se veía de repente serio. -Acepté una invitación a la Estación Espacial. Quieren que observe algunos microorganismos y vea si puedo extraer memoria de carrera de sus células.
-Ajá, -Dijo Holly, entendiendo todo de la primera oración pero nada de la segunda, más que las palabras individuales. -¿Por cuánto tiempo te irás?
-Dos de sus años terrestres.
-Dos años, -Balbuceó Holly. -Vamos, Nº1. Eres mi último amigo soltero. Potrillo se casó. Camorra Kelp está colado por Lily Frond, a pesar de que no sé lo que le ve a esa cabeza hueca.
-Ella es linda y cuida de él, pero aparte de eso no tengo idea, -Dijo Nº1 maliciosamente.
-Descubrirá cómo es Fronda realmente cuando lo bote por alguien mayor.
Nº1 pensó que sería diplomático no mencionar las tres citas desastrosas de Holly con el Comandante Kelp, la última terminó con ambos siendo echados de un partido de crunchball.
-Siempre está Artemis.
Holly asintió. -Sí. Artemis es un buen chico, supongo; pero siempre que nos reunimos, termina en disparos, o viaje en el tiempo, o células cerebrales muriendo. Quiero un amigo tranquilo, Nº1. Como tú.
Nº1 tomó su mano nuevamente. -Dos años pasarán volando. Quizás obtengas un pase lunar y vengas a visitarme.
-Tal vez. Ahora, suficiente cambio de tema ¿Qué me acabas de hacer?
Nº1 se aclaró la garganta. -Bien, te di una reconstrucción total mágica. Tus huesos son menos frágiles, tus articulaciones están lubricadas. Reforcé tu sistema inmunológico, y limpié tus sinapsis, que estaban atascándose un poco con residuos mágicos. Llené tu tanque con mi marca personal de poder, hice tu cabello un poco más lustroso de lo que ya es, y reforcé tu runa de protección así nunca serás poseída de nuevo. Quiero que estés bien y a salvo hasta que vuelva.
Holly apretó los dedos de su amigo. -No te preocupes por mí. Operaciones de rutina solamente.
“Operaciones de rutina solamente,” Pensaba Holly ahora, confundida por el impacto y también por la magia cruzando su sistema, reparando su clavícula fracturada y cosiendo el enrejado de cortes en su piel.
A la magia le hubiera gustado dormirla para las reparaciones, pero Holly no podía permitirse eso. Pateó el paquete de primeros auxilios de su cavidad en su cinturón y golpeó un parche de adrenalina contra su muñeca, cientos de finas agujas liberaron el químico en sus venas. Una dosis de adrenalina la mantendría alerta mientras dejaba a la magia hacer su trabajo. La cabina del Cupido estaba rota, y solo el duro exoesqueleto del vehículo había evitado un colapso total que hubiera aplastado a los pasajeros. Es decir, la lanzadera había volado su última erupción de magma. En la parte trasera del vehículo, Mayordomo estaba haciéndole caso omiso a una contusión cerebral que amenazaba con arrastrarlo al olvido, y Artemis yacía metido en el suelo entre dos asientos como una figura de acción descartada.
“Me agradas, Artemis,” Pensó Holly. “Pero necesito a Mayordomo.”
Y así Mayordomo obtuvo el primer disparo de magia curadora, un rayo que golpeó al guardaespaldas como un desfibrador cargado, enviándolo entre espasmos por la ventana trasera hacia el prado.
“Wow,” Pensó Holly. “Linda infusión, Nº1.”
Fue más cuidadosa con Artemis, dejando caer una gota de magia desde la punta de su dedo hacia el centro de su frente. Aún así, el contacto fue suficiente como para ondular su piel como el agua de un estanque.
Algo estaba viniendo. Holly podía ver imágenes dobles distorsionadas a través del vidrio roto y su visor rajado. Un montón de algos. Se veían pequeños pero se movían seguros.
No lo entiendo. Aún no lo entiendo.
La magia de Nº1 completó la etapa de curación a través de su sistema, y, mientras la sangre se limpiaba de su ojo izquierdo, Holly tomó una buena mirada de lo que estaba viniendo a su encuentro.
“Un grupo de fieras,” Pensó. “Mayordomo puede manejarlo.”
Pero entonces, la magia de Nº1 le permitió una visión parpadeante de almas flotando como cometas translucidas y hechas jirones en el aire, y recordó las historias que su padre le había contado tantas veces.
Los más valientes de los valientes. Dejados atrás para proteger el sello.
“Berserkers,” Reparó Holly. “La leyenda es cierta. Si toman a Mayordomo estamos acabados.”
Se arrastró sobre Artemis, a través de la ventana trasera, y rodó dentro del canal hecho por accidente por el Cupido, tierra recién seccionada desmoronándose sobre su cabeza. Por un momento, Holly tuvo el miedo irracional a ser enterrada viva, pero luego la tierra que caía era sacudida de sus extremidades y estaba despejada nuevamente.
Holly sintió el palpitante postdolor de un descanso en la curación en su hombro, pero estaba físicamente bien.
“Mi vista es aún borrosa,” Notó. “¿Por qué?”
Pero no era su visión, sino los lentes de su casco, que estaban rotos.
Levantó sus visores y estuvo agradecida por la perspectiva clara como el cristal de una fuerza de ataque liderada por los hermanos menores de Artemis, que parecía incluir un batallón de guerreros ancestrales y armados, y varios animales del bosque.
Mayordomo estaba apoyado sobre sus rodillas y manos a su espalda, sacudiéndose la fuga de magia como un oso pardo sacudiéndose el agua de río. Holly encontró otro parche de adrenalina en su paquete y lo aplastó en su cuello expuesto.
Perdón, viejo amigo. Te necesito operacional.
Mayordomo saltó de pie como si estuviera electrificado, pero tambaleante, desorientado por un momento.
El surtido de figuras poseídas se detuvo de pronto, acomodados en un semicírculo—obviamente queriendo atacar, pero manteniéndose a raya por algún motivo.
El pequeño Beckett Fowl estaba a la vanguardia del variado grupo, pero parecía menos un niño ahora, moviéndose con la arrogancia de un guerrero, con un puñado de sangrientas cañas meciéndose bajo su agarre. Los vestigios de la magia de Nº1 le permitió a Holly visualizar el espíritu de Oro asechando dentro del chico.
-Soy un hada, -Llamó en gnómico. -Estos humanos son mis prisioneros. No necesitan pelear contra nosotros.
La voz de Opal Koboi se elevó por sobre las filas. -¿Prisioneros? El grandote no parece ser un prisionero.
-Koboi, -Dijo Mayordomo, coherente al fin. Luego el guardaespaldas notó a su hermana en el grupo. -¡Juliet! Estás viva.
Juliet dio un paso hacia adelante, pero extrañamente, como si no fuera familiar de sus propias funciones.
-Rrmannoo, -Dijo, su voz rota y extrañamente acentuada. -Abrashame.
-No, viejo amigo, -le advirtió Holly, viendo el tembloroso guerrero dentro de la hermana del guardaespaldas. -Juliet está poseída.
Mayordomo lo entendió inmediatamente. Habían tropezado con posesiones mágicas antes, cuando Artemis había sido envuelto por el Complejo de Atlantis.
Los rasgos del guardaespaldas se hundieron, y, en ese momento, sus décadas como soldado estaban escritas en su cara.
-Jules ¿Estás allí dentro?
La reina Bellico de los guerreros usó las memorias de Juliet para responder, pero las cuerdas vocales no estaban bajo su completo control. Sus palabras no eran claras, se oían como a través de pequeños micrófonos, y el acento era una mezcla inusual del grueso escandinavo y el profundo sudamericano.
-Shish, rrmano. Shoysh yo. Zuuuuliet.
Mayordomo vio la verdad. El cuerpo debía ser de su hermana, pero su mente ciertamente no.
Artemis se les unió, apoyando una mano en el hombro de Holly, con una mancha de sangre en su camisa, donde había tosido. Como siempre, encontró la pregunta más pertinente para hacer.
-¿Por qué no nos atacan?
Holly se sacudió físicamente.
¿Por qué no? ¿Por supuesto, por qué no?
Mayordomo reiteró. -¿Por qué no están atacando? Tienen ventaja numérica sobre nosotros y emocionalmente somos un desastre. Esa cosa es mi hermana, por el amor de dios.
Holly recordó porque permanecían sin ser molestados.
Somos huéspedes dentro del círculo. Nos necesitan.
Las almas aletearon sobre sus cabezas, alzándose para descender.
“Puedo explicar lo que estoy a punto de hacer,” Pensó Holly. “O simplemente hacerlo.”
Era más fácil hacerlo y desear que haya una oportunidad de disculparse después.
Expertamente movió la rueda de intensidad de su Neutrino y le disparó a Mayordomo al cuello expuesto y a Artemis a la mano en una sucesión borrosa.
“Ahora no serán poseídos,” Pensó. “Pero, por el otro lado, estos Berserkers probablemente nos matarán.”
Las almas cayeron sobre sus huéspedes destinados como hojas de polietileno mojado. Holly sintió el ectoplasma atiborrarse en su boca, pero el espíritu no sería capaz de poseerla debido a la runa debajo de su cuello.
“Aguarda,” se dijo a sí misma. “Aguarda.”
Holly saboreó la arcilla y la bilis. Escuchó los ecos de gritos de hace diez mil años, y experimentó la Batalla de Taillte como si ella misma hubiera estado en ese plano donde la sangre corría a través de las fosas con estacas, y olas de humanidad rodaban por el prado, ennegreciendo el pasto a su paso.
“Todo pasó justo del modo que mi padre me dijo,” Advirtió Holly.
Las almas aullaron con frustración al perder la pelea y fueron repelidas, agitándose en el aire.
Dos de los espíritus de los Berserker lucharon por entrar en Artemis y Mayordomo pero fueron rechazadas. El guardaespaldas se había desplomado como una secuoya talada cuando Holly le había disparado, y Artemis se agarraba la mano, sorprendido porque su amiga hubiera quemado su piel desnuda con los rayos de su Neutrino.
Artemis había llegado a la rápida y errónea conclusión de que Holly había sido poseída por uno de los Danu, algo de lo que sabía por el alma que había intentado ocuparlo.
Cayó de rodillas y observó a través de sus ojos, estrechos por el dolor, como los guerreros Berserker avanzaban ¿Era Holly un enemigo o un amigo? No podía estar seguro. Parecía ella misma y blandía su arma a la horda.
La voz de Opal vino desde detrás de la multitud, protegida por la masa.
-Se han auto-protegido. Mátenlos ahora, mis soldados. Tráiganme sus cabezas.
Artemis tosió. ¿Tráiganme sus cabezas? Opal solía ser un poco más sutil. Era verdad lo que decían: La prisión no rehabilita a las personas. No a los duendes, en cualquier punto.
Sus propios hermanos bebés avanzaron hacia él con el asesinato en sus ojos. Dos cuatro añeros moviéndose con una gracia y velocidad incrementadas.
¿Son más Fuertes ahora? ¿Podrían Myles y Beckett realmente matarnos?
Y si no lo hacían, tal vez esos piratas lo harían, con sus machetes oxidados.
-Mayordomo, - Artemis dijo ásperamente. -Retrocede y evalúa.
Era su única opción.
No hay ningún movimiento proactivo abierto a nosotros.
Esta realidad irritó a Artemis, incluso aunque estaba en peligro mortal.
-Retrocede y trata de no dañar a nadie excepto a esos piratas. Las momias de los guerreros chinos y yo no estaremos enojados si unos pocos animales son dañados. Después de todo, somos nosotros o ellos.
Pero Mayordomo no estaba escuchando la nerviosa diatriba* impropia de Artemis, porque el tiro de Holly había pulsado su nervio vago y lo había dejado fuera de combate. Un tiro en un millón.
Estaba en Holly defender al grupo. Debería estar todo bien. Todo lo que la Capitana Canija tenía que hacer era establecer su acostumbrado Neutrino en una gran explosión para ganarles un poco de tiempo.
Entonces la cachiporra de un pirata salió girando de los dedos de una de sus manos esqueléticas, rompiendo la nariz de Holly y enviándola tambaleante hacia atrás, sobre el cuerpo de Mayordomo.
Artemis miró a las criaturas poseídas avanzar los últimos pasos hacia él y estuvo consternado porque todo se resumía al físico.
Siempre pensé que mi intelecto me mantendría con vida, pero ahora seré asesinado por mi propio hermano bebé con una piedra. La máxima rivalidad fraternal.
Luego la tierra se abrió debajo de sus pies, tragándose al grupo entero.
Opal Koboi codeó a través de sus acólitos hasta el borde del abismo que había aparecido repentinamente para chupar a sus némesis de su destino.
-¡No! -Gritó, golpeando el aire con sus diminutos puños. -Quería sus cabezas. En estacas ¿Ustedes lo hacen todo el tiempo, o no?
-Lo hacemos, -Admitió Oro, a través de la boca de Beckett. -Las extremidades también, al alba.
Opal podría haber jurado que, debajo de su pie estampado, la tierra había eructado.

* Saloma: tipo de canto de marineros usado para aumentar la productividad en los trabajos realizados en la mar.
*Diatriba: Discurso o escrito violento e injurioso contra personas o cosas
Bueno, nos vemos en el próximo capítulo:  Escupitajo en un santiamen

1 comentario:

  1. Hola, gracias por la parte final del capitulo y se le extrañara por estos lados pero primero lo primero, nosotros esperaremos pacientemente.

    Suerte.

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