domingo, 25 de mayo de 2014

Arder/Quemar - Capítulo 8: Bacteria - TRADUCIDO - Julianna Baggott

IL CAPITANO
BACTERIA
-¡Jabalíes! -Dice Bartrand Kelly mientras cruza el campo caminando. -¡Comenzaré con los jabalíes!
Pressia mira a Il Capitano, quien se encoje de hombros.
-¡Jabalíes! -Dice Helmud.
Il Capitano le da un codazo a su hermano sobre su espalda. –Cierra el pico. –Susurra.
Bradwell camina unos pasos detrás de ellos con Fignan a su lado. Es todo hombros y pecho—más grande y ancho que cualquiera a quien Il Capitano jamás vio, aparte de las Fuerzas Especiales. Las aves en su espalda deben de ser enormes, aunque están escondidas bajo sus espesas y extensas alas, que son tan grandes que sobresalen por su cuello y tocan el suelo a sus pies, deshilachadas como dobladillos viejos y usados. De vez en cuando, las alas de Bradwell se arqueaban, revelando los gruesos huesos angulares y desmesurados y densas plumas de pájaro. Il Capitano siente lástima por él. Sabe cómo es acarrear algo en tu espalda por siempre. Aun así, Bradwell obtuvo lo fácil ¿no? Al menos sus aves no le respondían.
Kelly es el que habla ahora. Había regresado en el tiempo desde los jabalíes y les da un discurso sobre la Irlanda del Antes—sus monumentos, su tierra fértil, su rica historia, sus poetas. A Il Capitano no le interesa la visita al pasado. Quiere saber a dónde los está llevando y el estatus de la aeronave. Cuando él y Helmud fueron encontrados en la cabina de mando, había peleado. Resultó ser que los guardias no querían matarlo. Sólo querían que saliera de allí. Lo golpearon lo suficiente para reprimirlo y lo llevaron de vuelta a su cuarto. Les había preguntado sobre la aeronave—si la habían arreglado, si podía volar—pero se negaron a contestarle.
Kelly lleva la delantera caminando con gran energía y propósito, meciendo un bolso de cuero. Los campos verdes están vacíos. El viento corta por entre ellos. Hace que los ojos de Il Capitano se humedezcan—especialmente el que tiene casi cerrado por la hinchazón.
Il Capitano aprendió a andar en bicicleta en un campo como este. Su madre le había atado una toalla debajo de los brazos, alrededor de las costillas, y había corrido a su lado hasta que él hubo alcanzado suficiente impulso—con el viento en su cabello, rebotando sobre el pasto. Cuando piensa en ello ahora, se ve a sí mismo liviano—no sólo sin el peso de su hermano sino sin el de la vida.
Se acercan a un granero distante sobre una colina. Fignan se impulsa por el pasto caído, con sus luces brillando por el exterior de su caja negra. -Así que… ¿A dónde nos llevas? –Dice Il Capitano, interrumpiendo a Kelly. -¿A la aeronave?
Kelly se gira y mira a Il Capitano como si recién lo notara. –Escuché que es allí donde te encontraron. Tomará un par de días más poder hacerla volar ¿Hiciste un pequeño tour por ella, no?
-No era un tour realmente. Es mi nave. –Aclara Il Capitano.
-Es mi nave. –Dice Helmud, que suena como si contradijera a su hermano. Il Capitano particularmente odia cuando hace eso en frente de otros.
-¿En serio? -Bartrand Kelly se detiene y piensa sobre esto. –Porque pensé que habían robado la aeronave.
Se gira y sigue marchando cuesta arriba contra el viento. Il Capitano puede escuchar las ráfagas contra las alas de Bradwell.
-Era mía para robar. –Dice. –Willux ennegreció la tierra entera. Me debía una.
-Tenías otras opciones.
-¿Las tenía? Porque me gustaría saber cuáles son exactamente.
-¿Cómo sabes que la robó? –Dice Pressia, pero parece conocer la respuesta. Il Capitano se siente desorientado. Mira a Bradwell para ver si él parece saber algo que Il Capitano no, pero la expresión de su amigo es acerosa e imposible de leer.
Kelly no responde y, momentos después, llegan al granero. Se para frente a la puerta, levanta un pesado pestillo y la abre. –Sé cosas. Tengo mis conexiones. –Dice finalmente.
El granero tiene algunas ventanas altas. Retazos de luz se cuelan, llenando el sucio aire con luz solar. Lo siguen, siendo Fignan el primero. Uno de los lados tiene estrechas casillas—veinte o más—todas repletas de jabalíes masivos. Sus costillas son tan anchas como las de las vacas. Sus espaldas, curvas. Sus espinas, tan grandes como puños, corriendo en una línea dividida por montones de carne. Tienen pesuñas oscuras y colmillos gruesos y amarillentos sobresaliéndoles por los costados de sus largos y gomosos hocicos.
-¿Conexiones? –Dice Il Capitano. Había solo una persona con la que podía estar conectada para recibir información sobre la aeronave, ¿correcto? –Estás en contacto con Willux, ¿o no?
-Bien. –Dice Kelly mientras se sacude las manos y cruza los brazos sobre su pecho. –Lo estaba, pero ya no.
-¿Por qué? –Pregunta Bradwell. Su voz suena ronca por el desuso.
-Porque está muerto.
-¿Muerto? –Dice Pressia.
El viento se filtra en silencio. Es como si el fantasma de Willux—sólo su respiración—estuviera allí por un segundo.
La madre de Il Capitano creía en fantasmas. Por el momento, no podía aceptar que Willux estuviera muerto. Pero entonces, él siempre lo había considerado como la muerte misma. Las madres llamaban a todos los hombres Muertos, pero Willux era el duro sedimento para ello. Il Capitano conocía la verdad. Willux está muerto. Se siente bien—en lo profundo. Se ha ido.
Hay silencio mientras la noticia se asienta sobre ellos. Sólo se escucha el sonido del que debe de ser el gruñido de los jabalíes y del leve zumbido de los engranajes de Fignan. Il Capitano puede sentir a Helmud conteniendo la respiración. Mira a Pressia y Bradwell, quienes parecen no poder creerlo.
-¿Cómo los sabes? ¿Estás seguro? –Le dice la chica al hombre.
Kelly asiente con énfasis.
-¿Está realmente… muerto? –Dice Bradwell. Su expresión se ve conflictiva.
-Es lo que dije. –Dice Kelly. -¿Es tan difícil de imaginar?
Bradwell asiente. Su respiración es un poco dura. –Es sólo… no esperé que se diera tan en silencio. Tan dada por hecho. Esperaba… -Agarra el frente de su propia camisa. –Quería…
-Sí. –Dice Pressia, como siguiendo con el pensamiento del chico. –Debería ser más grande. Se debería sentir más como un…
-Alivio. –Dice Bradwell. –O final. –Pero no mira a Pressia. Les da la espalda a todos ellos. Il Capitano se pregunta si Bradwell está decepcionado. El hombre quien ordenó el asesinato de sus padres está muerto, y Bradwell no logró ser parte. No hay justicia en ello.
Y entonces Pressia dice. –Perdiz. -¿Había Perdiz en serio organizado el golpe maestro? Se cubre la boca. No debería de haber dicho su nombre.
Kelly la mira con intensidad. –Sí. El hijo más joven de Willux. Está a cargo ahora.
-¿Perdiz? –Dice Bradwell tosiendo. Se gira para encararlos. -¿Seguro sobre eso?
Il Capitano también está sorprendido. -¿Cómo pasó? –Recuerda la última vez que habló con Perdiz. Estaban en un vagón de subte, encerrados bajo tierra. Il Capitano no pensó que le quedaba mucha vida y confió en Perdiz. Tuvo que tener fe en él. Aun así, no puede imaginárselo manejando tanto poder. Il Capitano sabe de primera mano que el poder puede corromper el alma.
–Lo hizo. –Susurra Pressia, casi para sí misma. –¡Entró! Perdiz cambiará las cosas.
-O… -Dice Kelly, -Podría resultar ser justo como su padre.
-No. –Dice Pressia. –Odiaba a su padre.
-Sí, pero ¿Qué tan lejos irá? –Pregunta Bradwell con un afilado tono de enojo en su voz. -¿Qué tan duro pujará por el cambio? ¿Realmente tiene lo que se necesita? La única forma para llegar a hacer algo es si está dispuesto a arriesgarlo todo ¿Puede hacerlo?
Il Capitano no conoce la respuesta. Nadie lo hace. Bradwell está cuestionando la profundidad de la convicción de Perdiz. Perdiz puede no saberlo él mismo. Il Capitano no está seguro de su propia convicción ¿Fue un momento de debilidad en el que le dijo a Pressia que la amaba? ¿O era convicción?
-Algunas vece el hombre hace al poder. –Dice Kelly. –Y otras, el poder hace al hombre.
Pero entonces Pressia sacude la cabeza y mira a Kelly. -¿Estás en contacto con la Cúpula? ¿Cómo es eso?
-Sabes que la historia entre Willux y yo remonta tiempo atrás. –Mira a Pressia. –Conocí a tu madre y padre bien, también. No es un secreto.
-¿Así que estabas en buenos términos con Willux antes de las Detonaciones? –Dice Bradwell en voz baja, como para disfrazar la rabia justo debajo de la superficie. -¿es así como sobreviviste aquí afuera? ¿Willux jugando a sus favoritos?
Fignan zumba por la habitación con sus nudosas ruedas, reuniendo información sobre este nuevo lugar. Se acerca a los corrales con los jabalíes—pero no demasiado.
-Me dio un aventón—sólo tiempo suficiente para entrar a salvo a Newgrange. Así que tal vez ayudó el hecho de que hayamos sido viejos amigos, pero no era sólo amigo de él. -Kelly le dice a Pressia, -Tu madre murió recientemente. Su tatuaje dejó de pulsar. Era fuerte y luego se detuvo. –Suspiró profundamente. –No sé qué pasó.
-Estaba con ella. –El viento azota alrededor de Pressia. Cruza los brazos para protegerse del húmedo frío. –Willux los mató a ella y a Sedge juntos.
Kelly respira largamente. Sus mejillas están rojas. Parece apenado pero luego furioso. -¿Cómo la encontró? ¡Pensé que estaba a salvo!
-Nos usó a Perdiz y a mí para encontrarla. Éramos la carnada.
Kelly retrocede un par de pasos, tratando de recomponerse. –Lo siento. –Murmura, pero no es claro qué siente—el hecho de que Willux usó a su propio hijo como carnada o la pérdida en sí misma.
-Eras un amigo cercano de mi madre por entonces. –Dice Pressia. Il Capitano sabe que está escarbando por detalles de la vida de su madre. Era tan pequeña.
-Todos fuimos cercanos en un momento. –Dice Kelly.
-¿Y qué hay de mi padre? –Pregunta Pressia. -¿Sabes dónde está? Il Capitano no soporta cuan vulnerable Pressia se ve. Está desesperada por encontrar a su padre de nuevo. Él es apenas un sueño para ella. Il Capitano lo entiende. Nunca conoció a su padre. Toda su vida se la pasó bajo la sombra de un hombre cuyas facciones él no podía descifrar.
Kelly se gira de nuevo. –Sé que hay más de nosotros. Bolsillos como este. Sobrevivientes. Y creo que Willux estaba en comunicación con muchos. Si tu padre sobrevivió, fue porque Willux quería que sobreviviera—para mejor o peor.
-¿A qué te refieres con peor?
-El pulso de tu padre todavía late en mi pecho—es todo lo que sé.
Pressia acuna la cabeza de muñeca contra su pecho, protegiéndola con su mano buena.
-Willux no sólo le dio protección a la gente. –Dice Bradwell. –Deben de tener algún valor para él. Estuviste trabajando para él todo este tiempo ¿no?
-Deberías de haber notado que es inteligente quedarse del lado bueno de Willux. –Dice Kelly enojado y hace un gesto con ambos brazos como para abarcarlo todo. –Estaba instaurando un número de laboratorios en el Reino Unido e Irlanda antes de las Ddetonaciones. Una de las facilidades fue fundada a través de las conexiones con Willux y asentada en el radio de cinco kilómetros que perdonaría. Me lo dijo, sin términos inciertos, dónde debía estar para sobrevivir. Lo conocía lo suficiente como para creerle. Traje únicamente a mi familia inmediata conmigo. Eso es todo lo que me permitió. –Los jabalíes gruñían y pateaban el suelo. –Me pone enfermo pensar en ello ahora ¿Podría haber alertado a cualquiera que tuviera el poder para cambiar el curso de las cosas? No lo sé. –Se pasa las manos por el cabello. Il Capitano está seguro de que este es el pensamiento que lo mantiene despierto por las noches. Conoce los signos de una culpa infecciona—íntimamente, de dentro hacia fuera.
-Estaba en el medio de un tour—y apure a cuanta gente pude dentro de la colina. Fuimos salvados, al igual que nuestro entorno, pero muchos murieron después, por enfermedades, fuego, y, para ser honesto, desesperación—una de mis dos hijas y mi esposa entre ellos. –Se para bajo uno de los rayos de sol, pedazos de heno flotan a su alrededor, todos dorados. –Mis hijas murieron primero. Mi esposa falleció por la desesperación.
-Conocemos la desesperanza. –Dice Pressia. –Es algo que todos tenemos en común. –Sus ojos van hacia Bradwell, pero él todavía no la mira. Il Capitano quiere decirle al chico que al menos la mire; ¿no le puede dar eso? Lo mata por dentro ver la mirada en los ojos de su amiga. Helmud debe sentir algún sufrimiento en su hermano porque Il Capitano lo siente alejarse de Pressia, como tratando de que Il Capitano dejara de enfocarse en ella—por su propio bien.
-Los jabalíes, -Dice Kelly recordando el tema principal. Fignan se vuelve a acercar a los animales. Al principio se sorprenden pero después olfatean en su dirección. –Los jabalíes pueden ser viciosos e impredecibles, pero cuando se los mezcla genéticamente con vacas, se vuelven más grandes y dóciles. Y aun así son también tratables. Pueden atacar bajo nuestro comando.
-¿Una palabra? ¿Un signo? –Pregunta Bradwell.
-Cualquiera. –Dice Kelly.
Il Capitano registra la amenaza. Kelly los llevó allí por una razón ¿Les está tendiendo una trampa? –Así que haces que simpaticemos contigo por la muerte de tu esposa e hijas y luego nos informas educadamente que nos puedes tener ensartados en cualquier momento. –Il Capitano camina hacia el borde del corral y uno de los jabalíes deja salir un corto y agudo chillido. –Dime si estoy en lo correcto.
-El término es corneado no ensartado. –Kelly le dice con calma.
Fignan retrocede de los animales hacia las botas de Bradwell.
-Los jabalíes fueron un experimento exitoso. –Sacude la cabeza y mira por una de las ventanas. –Hay otro que salió terriblemente mal.
¿Peor que jabalíes que atacan bajo comando? ¿Qué hay allí fuera? Nadie tiene las agallas para preguntar.
Il Capitano puede ver los tiesos pelos del jabalí, las arrugas ennegrecidas de su hocico, la curvatura de sus colmillos. Se imagina la punta de uno de ellos atravesando por entre sus costillas, destrozando su pecho.
Pressia dice, con una nota de sospecha en su voz. –Le podías hacer esto a un hombre ¿o no? División de genes entre especies ¿Por qué no humanos? –Mira a Bartrand Kelly con los ojos entrecerrados. -¿Le diste tu investigación a Willux?
Fuerzas Especiales. Il Capitano se las imagina como las vio por primera vez, saltando por entre los árboles—algunas tenían la musculatura de un alce o un venado y otras parecían sostener la corpulencia carnosa de un oso. Levantaban sus cabezas al viento, con sus fosas nasales tensándose al alertarse ante distintas esencias. Como animales. Piensa en su amigo Hastings—¿Es en realidad una Bestia, una creada genéticamente bajo las órdenes de Willux con la investigación de Kelly?
Kelly dice. –Haces lo que debes hacer.
Las alas de Bradwell se arquean y ensanchan. –Algunas personas hacen lo correcto.
-Investigación es investigación. Cómo elija Willux usarla es su propio pecado. No el mío.
Il Capitano reconoce la racionalización. Él mismo la había probado. Pecado es pecado—individual y colectivo. Su vida está llena de ellos.
Bradwell camina hacia Kelly. –Sabías cómo la usaría.
Kelly alza las manos y chasquea los dedos. Los jabalíes se tensan. Sus cabezas se giran, con sus pesados colmillos y todo, casi en perfecto unísono. -¿Qué tal si retrocedes un par de pasos?
Bradwell mira a los jabalíes, sus ojos están todos fijos en la mano de Kelly. El chico camina hacia la puerta del granero, mirando al cielo.
Il Capitano se pone rígido. -¿Por qué no simplemente nos dices qué quieres?
-Probablemente quiero lo que ustedes quieran.
-¿Qué es eso?
-Ser dejado en paz.
-Pero Willux te salvó. –Dice Bradwell. –Y estuviste jugando de lo lindo con él.
-Él está muerto. –Dice Pressia. –Y Perdiz está a cargo ahora. Todo está por cambiar.
-Tienes más fe en la naturaleza humana que yo. –Dice Kelly.
-Bueno, nosotros no queremos ser dejados en paz. –Dice Bradwell. –Queremos que salga la verdad. Queremos justicia.
Pressia sacude la cabeza muy levemente. Por un momento, parece que es todo en lo que lo va a contradecir pero luego es como si no se pudiera contenerse. Dice. –No. Queremos el vial que le perteneció a mi madre y la formula que encontramos. Y queremos llevarlas de vuelta—para salvar vidas.
Bradwell mira a Pressia. Por un segundo, Il Capitano piensa que va a romper con toda esa rabia y resentimiento, caminar hacia ella y besarla. Pero no dice nada. Simplemente quería que la verdad se supiera—completar con la misión de sus padres. Willux había arreglado la muerte de los padres de Bradwell antes de las Detonaciones y forzado a Arthur Walrond a terminar con su propia vida—Walrond, un amigo de la familia que amaba a Bradwell. Los tres, idos. La madre de Pressia, muerta.
Il Capitano dice. –No me importaría un poco de venganza al viejo estilo. No creo que esté solo.
Esto atrae la atención de Kelly. –Le di a Willux lo que quería, pero he estado trabajando en otro agente también, no muy diferente a las vides espinosas—una bacteria viva, pero casi indetectable que puede comer el material resistente a la radiación de la Cúpula.
-¿Cómo funciona? –Pregunta Il Capitano.
-Actúa increíblemente rápido. –Mete las manos en los bolsillos.
-¿Estás diciendo que tienes algo para traer abajo la Cúpula? –Dice Il Capitano. Su corazón empieza a golpear contra su pecho.
-¿Traer abajo la Cúpula? –Repita Helmud para una aclaración.
-Es exactamente lo que estoy diciendo. –Dice Kelly.
-Eso no es lo que queremos en absoluto. –Dice Pressia. –Necesitamos la Cúpula. Si le devolvemos el vial y la formula a Perdiz, encontrará a la persona correcta dentro para ayudarnos. Podemos revertir las fusiones—sin efectos secundarios. Podemos hacer a todos iguales de nuevo.
-Incluyéndote a ti. Finalmente serás capaz de librarte de la cabeza de muñeca. –Le dice Bradwell a Pressia. –Así puedes ser Pura ¿Qué es más egoísta? ¿Tu deseo de volverte completa o venganza?
-Eso no es justo. –Dice Pressia. –Quiero que Wilda y los otros niños sobrevivan. Quiero salvar gente.
-Pero admítelo. –Dice Bradwell. –Te salvarías a ti misma en el proceso.
Il Capitano se agarra la cabeza con las dos manos. Se siente mareado. Dice. –Podemos traer abajo la Cúpula, Pressia. Eso es por qué sobreviví ¡Es mi misión! ¡Jesús! De una vez por todas, podemos acabar con esto.
-Eso no es un final ¡Es simplemente más destrucción! –Los ojos de Pressia se notan enojados y aun así brillan con lágrimas. Ella mira las anchas tablas del piso del granero. –Ahora que Perdiz está a cargo podemos hacer una diferencia. Podemos curar a la gente de sus fusiones. –Se gira hacia Il Capitano y Helmud. –Pienso que podría llegar el momento en el que ambos puedan ser ustedes mismos de nuevo. –Il Capitano ni siquiera había pensado que eso era posible ¿Podían él y Helmud ser vueltos Puros? ¿Podían ser separados y completados? No, piensa. No—no es posible. La idea lo aterra. Es todo lo que siempre quiso, y aun así se niega a creerlo.
Pressia le dice a Bradwell, -Podrías librarte de esas alas que tanto odias. –Bradwell abre la boca para responderle, pero ella levanta la mano. –Mira, no tienes que quererlo para ti mismo. Pero piensa en la gente allí afuera. No contestes por ellos. Déjalos tener la oportunidad de responder por sí mismos.
-Pressia. –Susurra Bradwell, pero no dice nada más. Es un suave susurro, más como si le rogara—¿por qué?
-Ella tiene un punto. –Dice Kelly. –La gente en la Cúpula tienen la culpa del sobreviviente. Odian a todos los que sobrevivieron fuera porque se odian a sí mismos. Pero si tienen un nuevo rol y los salvan a todos paternalmente, bien, serán capaces de redimirse y sentirse héroes.
-Y tal vez los sobreviviente podrían perdonarlos porque los Puros están haciendo finalmente lo correcto, ¿Ves? –Le dice Pressia a Bradwell. –Podría funcionar.
-¡Demonios, no! –Dice Bradwell.
-¿Por qué no? Podríamos empezar a reconstruir. –Dice Pressia.
-No voy a dejar que los Puros se salgan con la suya en esto. –Dice
Bradwell con la voz áspera por la ira. –Y estoy seguro como el infierno que no voy a dejar que salgan como héroes. No después de lo que hicieron. Nunca.
Il Capitano lo entiende. En el corazón acuerda con Bradwell, pero sabe qué piensa Pressia: ¿Qué importa quién sale como héroe si hay una oportunidad de empezar de nuevo? Hay silencio de nuevo. Kelly aguarda a la próxima pregunta, e Il Capitano sabe cuál tiene que ser. Dice. -¿Qué propones exactamente?
-Les daré el vial y la formula y los pondré en el aire de nuevo, pero deben llevarse la bacteria con ustedes. Si eligen no usarla, no hay nada que yo pueda hacer. –Mira a Pressia por un momento y después de nuevo a Il Capitano y Bradwell. –Pero si quieren lo que es suyo, tendrán que tomar lo que es mío.
En el aire de nuevo. Esto es lo que Il Capitano quiere realmente ahora—volver al aire.
Pressia se gira hacia Kelly. –Si aceptamos hacer esto, ¿Qué tan pronto nos puedes hacer volver?
Él pausa, comprendiendo la volatilidad de la conversación, y luego dice. –Bueno, como Il Capitano vio, la aeronave está casi reparada. Necesitaremos un par de días más y ustedes necesitan tiempo para planear el viaje de forma que aterricen de día.
Abre su bolso, mete la mano, y saca una pequeña caja de metal. Hace saltar un broche diminuto y abre la tapa. La caja está envuelta en terciopelo y moldeada para proteger una lámina cuadrada—dos piezas de vidrio unidas por un fino borde de metal soldado. Sostiene el cuadrado a la luz, iluminando las pequeñas motas rojas. La bacteria.

-Así que ¿Van a llevársela con ustedes a cambio de su vial y la formula y la aeronave a casa? -Dice Kelly. –Es la oportunidad de sus vidas—Para todos nosotros.
Il Capitano se inclina hacia adelante antes de incluso notarlo.
-Espera. –Susurra Pressia, pero ya la sostiene en su palma ahuecada.
-La oportunidad de sus vidas. –Le dice Il Capitano a Pressia.
-Para todos nosotros. –dice Helmud.

2 comentarios:

  1. Hola admiro mucho tu trabajo, todos los fines de semana espero con ansias tus traducciones, (Muy buenas por cierto) Muchas gracias por tu dedicación y esfuerzo. Saludos y abrazos

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    1. Muchísimas gracias! No te haces una idea de lo feliz que me hace escuchar eso :) ♥

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