miércoles, 17 de julio de 2013

Artemis Fowl 8 - Eoin Cofler, Capítulo 16 parte 2 - TRADUCCIÓN

Hola! Ya sé, raro que esté actualizando un miércoles, pero no creo que este finde vaya a poder hacerlo porque casi no voy a estar en mi casa… así que aquí está la 2º parte de este capítulo, y supongo que serán 3 (de la tercera ya traduje una buena parte pero al ver que no llegaba dividí el resto y acá les actualizo esta, que es mejor que nada)… DISFRUTEN

En el granero, Artemis y Holly estaban en una situación bastante desesperada. Dependían de dos balas en una pistola que Holly apenas podía levantar y con las que Artemis no podía ni acertar a la puerta del granero, a pesar de que una estaba cerca.
Se encorvaron en la parte trasera del aeroplano solar de Artemis, básicamente esperando a que los Berserkers lancen su ataque. Mayordomo yacía inconsciente sobre los asientos posteriores con humo saliendo, literalmente, de sus orejas, un síntoma que nunca había sido profesionalmente diagnosticado como algo bueno.
Holly acunó la cabeza de Mayordomo, presionando sus pulgares gentilmente sobre sus ojos, y forzando a la última sátira diluida de magia dentro del cráneo del guardaespaldas.
-Él está bien, -Resolló. -Pero ese rayo paró su corazón un momento. Si no hubiera sido por el Kevlar en su pecho…
Holly no terminó la oración, pero Artemis sabía que su guardaespaldas había escapado a la muerte por los bigotes por enésima vez, y enésima era el límite absoluto del número de vidas extra entregadas por el universo a cualquier persona.
-Su corazón nunca será el mismo, Artemis. No más travesuras. Va a estar fuera por horas, -Dijo Holly, revisando la claraboya de fuselaje. -Y los Berserkers se están preparando para hacer su movida ¿Cuál es el plan, Arty?
-Tenía un plan, -Dijo Artemis aturdido. -Y no funcionó.
Holly sacudió su hombro rudamente, y Artemis sabía que su próximo paso sería abofetearlo en la cara. -Vamos, Fangosillo. Ponte media pila. Habrá un montón de tiempo para la auto duda más tarde.
Artemis asintió. Esta era su función. Él era el planeador.
-Muy bien. Haz un tiro de advertencia. No pueden saber cuántas balas nos quedan, y podría detenerlos momentáneamente, comprarnos un momento para pensar.
El rodar de ojos de Holly habló claramente, y lo que decían era: ¿Un tiro de advertencia? Podría haber pensado eso yo misma, genio.
Pero este no era el momento para golpear la reducida confianza de Artemis, así que alzó la Sig Sauer de Mayordomo y abrió una hendidura en la ventana, reposando el barril en el marco.
“Esta pistola es tan grande y difícil de manejar,” Pensó. “Apenas puedo ser culpada si accidentalmente golpeara a algo.”
En situaciones de acoso, era práctica estándar mandar a un explorador. Mandar siendo una linda forma de decir sacrificar. Y los Berserkers decidieron hacer justo eso, ordenar a uno de los perros de caza de los Fowl a, literalmente, husmear. El gran sabueso gris revoloteó dentro por la humeante luz de luna atravesando la puerta del granero, planeando perderse en las sombras.
“No tan rápido,” Pensó Holly, y disparó una sola vez con la Sig, golpeando al perro como el tiro de un martillo a la altura del hombro y mandándolo tambaleándose de nuevo afuera con sus camaradas.
“Ups,” Pensó. “Le estaba apuntando a la pierna.”
Cuando el avión terminó de vibrar y el eco de la pistola decayó del cráneo de Artemis, él preguntó, -¿Tiro de advertencia, correcto?
Holly se sintió un poco culpable por el perro, pero podía discutir sobre ello largo y tendido en terapia si alguno de ellos sobrevivía. -Oh, están advertidos, muy bien. Tienes tu minuto para pensar.
El perro salió del granero mucho más rápido de como había entrado. Bellico y su grupito mágico estaban más que un poco celosos cuando vieron al alma salir del cuerpo canino, sonriendo brevemente, y luego desapareciendo en un flash azul, en su camino al próximo mundo.
-No necesitamos entrar, -Dijo Salton el pirata, deslizando las puertas del granero para cerrarlas. -Todo lo que necesitamos es que dejen de salir.
Bellico no estuvo de acuerdo. -Nuestras órdenes son matarlos. No podemos hacer eso desde aquí ¿o no? Y capaz haya algo allí dentro sobre de lo que mi huésped, Juliet, no sepa. Otro túnel, o un globo a aire caliente. Entremos.
Opal había sido muy específica cuando Bellico había presentado su información sobre el Khufu.
-Mi huésped protege a los niños Fowl, -Había dicho Bellico. -Él chico Myles es muy inquisitivo y seguía a Artemis a su taller en la cima de la colina. Así que Juliet siguió al niño. Hay un aeroplano allí, alimentado por el sol. Tal vez un arma de algún tipo.
Opal había hecho una pausa en su conjurar de hechizos. -Artemis no tiene otra opción que ir a por el arma. Llévate a un equipo y remueve la batería de la estructura, luego esperen a que entren en el taller. -Opal agarró el antebrazo de Bellico y apretó hasta que sus uñas se le clavaron en la carne. Una bala de poder gateó del corazón de Opal, por su brazo y dentro de Bellico. Esta última sintió instantáneamente nauseas y supo que la magia era veneno.
-Esta es magia negra y te comerá desde dentro de tu alma, -Dijo Opal, en verdad. -Debes liberarla tan pronto como sea posible. Hay suficiente para un rayo. Haz que cuente.
Bellico sostuvo su propia mano ante su cara, mirando la magia enrrollándose alrededor de sus dedos.
“Un rayo,” Pensó. “Suficiente para derribar al grandote.”
Holly se cernió ansiosamente alrededor de Artemis. Él estaba en su trance reflexivo y odiaba ser interrumpido, pero estaba lleno de gente bajo la puerta del granero y sombras entrecruzándose en la luz de la luna, y su sentido de soldado le dijo que su refugio estaba a punto de ser infringido.
-Artemis, -Dijo urgentemente. -Artemis, ¿tienes algo?
El chico abrió los ojos y peinó hacia atrás una madeja de pelo negro de su frente.
-Nada. No hay plan racional que salve, al menos, a uno de nosotros si Opal logra abrir el segundo candado.
Holly volvió a la ventana. -Bien, entonces, la primera en recibir otro tiro de advertencia.
Bellico ordenó a los arqueros alinearse fuera de la puerta deslizante del granero.
-Cuando la puerta se abra, disparen lo que sea que estén cargando, sobre la máquina. Luego la corremos. La elfa tendrá tiempo para dos disparos, no más. Y si alguno de nosotros resulta muerto, bueno, entonces, esa será nuestra buena fortuna.
Los guerreros Chinos no podían hablar, sellados como sus momias estaban dentro de sepulcros de arcilla encantados; pero asintieron rígidamente y tensando sus arcos masivos.
-Piratas, -Gritó Bellico, -Párense detrás de los arqueros.
-No somos piratas, -Dijo Salton Finnacre de mal humor, rascando su fémur. -Estamos habitando piratas ¿No es cierto, mis compañeros*?
-Arrr, Cap’n, -Dijeron los otros piratas.
-Lo admito, -Dijo Finnacre avergonzadamente. -Eso sonó bastante como un pirata. Pero se escurre. Dos días más en este cuerpo, y podría navegar un velero con una sola mano.
-Entiendo, -Dijo Bellico. -Estaremos con nuestros ancestros pronto. Nuestro deber estará hecho.
-Woof, -Dijo el sabueso permaneciente con sentimiento, apenas resistiendo la urgencia de su huésped de oler las áreas personales de otras personas. Bellico envolvió los dedos de Juliet en la manija de la puerta, testeándola por su peso.
-Otra carga gloriosa más, mis guerreros, y los humanos están derrotados definitivamente. Nuestros descendientes podrán vivir en paz por siempre.
El momento zumbó con latente violencia. Holly podía sentir a los Berserkers mentalizándose.
“Depende de mí,” -Advirtió. “Debo salvarnos.”
-Okey, Artemis, -Dijo bruscamente. -Subimos a los travesaños. Tal vez les tome tiempo a los Berserkers encontrarnos. Tiempo que podemos gastar planeando.
Artemis espió por sobre el hombro de la elfa, a través del agujero de la puerta.
-Demasiado tarde, -Dijo.
El portón del granero rodó abierto sobre ruedas engrasadas, y seis implacables guerreros Chinos de arcilla se pararon siluetados por un rectángulo de luz lunar.
-Arqueros, -dijo Holly. -Yace plano.
Artemis parecía aturdido por el completo colapso de sus planes. Había actuado predeciblemente ¿Cuándo se había vuelto tan predecible?
Holly vio que sus palabras no estaban penetrando el cráneo de Artemis, y notó que él tenía dos debilidades mayores: Una, era físicamente débil no solo por sus músculos sino también por una falta de coordinación que hubiera avergonzado a un cuatro añero; y dos, estaba tan confiado de la superioridad de su propio intelecto que rara vez desarrollaba un plan B. Si el plan A probaba ser defectuoso, no había ningún recurso restante.
Como ahora.
Holly se tiró sobre Artemis, agarrándose a su torso y dejándolo plano en el estrecho pasillo. Un segundo después, escuchó el comando del exterior.
-¡Fuego!
Era la voz de Juliet. Ordenando asesinar a su propio hermano.
Como todos los veteranos de guerra sabían tan bien, la urgencia de mirar al instrumento que causaría tu propia muerte era casi abrumadora. Holly sintió esa tentación ahora, de sentarse y mirar las fleches mientras se dirigían a sus objetivos. Pero la resistió, forzándose hacia abajo, apretándose a sí misma y a Artemis en el corredor hasta que el acero corrugado presionaba sus cachetes.
Flechas de un metro de largo atravesaban el fuselaje, propulsando a la aeronave con su velocidad e incrustándose profundamente en la tapicería de los bancos. Una estuvo tan cerca de Holly que de hecho pasó a través de su hombrera, clavándola al asiento.
-D’Arvit, -Dijo Holly, tironeando hasta quedar libre.
-¡Fuego! -Vino el comando desde fuera, e instantáneamente una serie de silbidos llenaron el aire.
“Suenan como aves,” Pensó Holly.
Pero no era pájaros. Era a una segunda descarga. Cada flecha machucó al aeroplano, destruyendo paneles solares; una incluso pasó en limpió a través de dos claraboyas. La nave fue llevada sobre su costado, recostándose sobre el ala de estribor.
Y luego de nuevo vino el comando. -¡Fuego! -Pero no escuchó ningún sonido silbante esta vez. En vez, hubo un chasquido agudo.
Holly se rindió ante la curiosidad, escalando el suelo inclinado al ojo de buey y echando un vistazo. Juliet estaba encendiendo las flechas de los soldados de terracota.
“Oh,” Pensó Holly. “Ese tipo de fuego.”
Bellico entornó los ojos sobre el interior del granero y estuvo complacida de ver al avión colapsado. Las memorias de su huésped le aseguraron que esa nave había ciertamente volado a través del cielo usando la energía del sol para alimentar el motor, pero Bellico encontró esto difícil de creer. Tal vez los sueños y recuerdos humanos se estaban entrelazando, así las fantasías e imaginaciones de Bellico parecerían reales.
“Cuánto más pronto esté fuera de este cuerpo, mejor,” Pensó.
Enredó una antorcha en una pila de heno y alumbró la punta con un encendedor tomado del bolsillo de la chica humana.
“Este encendedor es lo suficientemente real,” Pensó. “Y no tan lejos de haber quitado su mecánica de una simple caja de sílex.”
La amarillenta antorcha no ardería por mucho tiempo, pero sí lo suficiente como para encender las flechas de sus guerreros. Caminó por las hileras, brevemente tocando las punta de flecha que habían sido hundidas en combustible de una lata perforada de gasolina.
De pronto el sabueso levantó su elegante cabeza y aulló a la luna.
Bellico estaba a punto de preguntarle al perro que de que se trataba, pero entonces lo sintió también.
“Tengo miedo,” Notó. “¿Por qué estaría atemorizada de nada cuando anhelo la muerte?”
Bellico dejó caer la antorcha que le quemaba los dedos, pero, en el segundo después, estampó el pie en sus brazas extinguiéndose, pensó que vio algo familiar arrasando el campo hacia el este. Una inconfundible figura tambaleante.
“No,” Pensó. “Eso no es posible.”
-¿Es eso…? -Dijo, apuntando- ¿Puede ser?
El sabueso logró envolver sus cuerdas vocales en una simple sílaba que no estaba tan lejos de su rango perruno. -¡Trol! -Aulló. -Trooooollll.
“Y no solo un trol,” advirtió Bellico. “Un trol y su conductor.”
Mantillo Mandíbulas estaba abrazado a la parte trasera de la cabeza del trol con un manojo de rizos en cada mano. Debajo de él, los músculos del hombro del trol se contraían y aflojaban mientras daba zancadas a través del campo hacia el granero.
Dar zancadas no son, tal vez, las palabras correctas, ya que implican una cierta torpeza lenta; pero mientras que el trol parecía cojear, lo hacía a una velocidad increíble. Esta era una de las muchas armas en el considerable arsenal de esa especie. Si la presa prevista notaba a un trol viniendo de muy a lo lejos, aparentemente trastabillando, pensaba para sí misma: Okey, sí, veo un trol, pero está como a un millón de kilómetros, así que simplemente terminaré de mascar esta hoja y luegoBAM—el trol estaba masticando las patas traseras de la presa.
Bellico, de cualquier manera, había visto seguido a un escuadrón de conductores de trols en acción, y sabía exactamente qué tan rápido podían moverse.
-¡Arqueros! -Gritó, alzando su espada. -Nuevo objetivo ¡Giren! ¡Giren!
La armada de terracota chirrió a medida que se movían, arena roja derramándose de sus articulaciones. Eran lentos, dolorosamente lentos.
“No van a lograrlo,” Se dio cuenta Bellico, y luego tuvo un momento de agarrarse a la cebada. “Tal vez ese trol y su conductor estén de nuestro lado.”
Tristemente para los Berserkers, el conductor del trol estaba no estaba, definitivamente, de su lado, y la bestia solo hacía lo que le ordenaban.
Gruff hizo, de hecho, un espectáculo aterrador mientras emergía de las sombras de la noche en el pálido brillo lunar bañando el campo. Incluso para un trol, era un espécimen masivo, de tres metros, con sus rizos rebotando dando la ilusión de otro medio metro. Su huesuda frente pesada era como un ariete sobre relucientes ojos nocturnos. Dos colmillos despiadados curvados hacia arriba se una pugnaz mandíbula, gotas de veneno centelleando en los extremos puntiagudos. Su desgreñada forma humanoide estaba cableada con músculos y tendones, y sus manos tenían la fuerza para hacer polvo pequeñas rocas y grandes cabezas.
Mantillo tiró de los rulos del trol, instintivamente resucitando una vieja técnica de manejo de trols. Su abuelo muchas veces le había contado historias alrededor del fuego-saliva de los grandiosos conductores de trol, quienes habían arrasado el campo, haciendo lo que querían, y nadie los podía atrapar para discutir.
Los buenos viejos tiempos, solía decir su abuelo. Nosotros los enanos éramos reyes. Incluso los demonios rajaban cuando veían a un enano montado dejándose caer por la colina sobre un trol, fuente de sudor.
“Este no se siente como un buen día,” Pensó Mantillo. “Este se siente como el fin del mundo.”
Mantillo se decidió por un acercamiento directo más que por una evasiva con tácticas de batalla, y condujo a Gruff directamente a la multitud de Berserkers.
-¡No te contengas! -Voceó en la oreja del trol.

*En inglés es “me hearties” que es una forma pirata de decir compañeros.

Muy bien, ahora les traigo otra pregunta, cuáles son las parejas (si hay alguna), que más les gustan de la saga? A mi me encantan Holly y Artemis, y un poco Potrillo y Caballina :P Nos vemos cuando pueda en la última parte de este cap…


7 comentarios:

  1. Sin lugar a dudas Holly y Artemis son mi pareja favorita, discutiendo incluso cuando recién se reencuentran, pero sin importar lo que suceda siempre se apoyan el uno al otro. ¡Son geniales! ^^

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  2. dios, mantillo llegando al rescate montado en un troll va a ser el momento mas épico que jamas veré en cualquier lado. A LA CARGA!!!

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  3. Que bueno es tener de regreso, ojala hayas disfrutado vuestras vacaciones y que no nececites vacaciones para descansar de las vacaciones, como a veces suele suceder.

    Yo diria que Holly/Artemis es mi pareja favorita (y personajes favoritos tambien, incluyendo a mayordomo, aunque al principio me lo imaginaba más al estilo Schwarzenegger, la roca ó por lo menos Vin diesel y no tanto como el luchador de la WWF que se sacaron en la novela grafica[aunque con Holly se lucieron, a mi gusto claro esta). Un Minerva/Artemis ubiera sido interesante (dominacion mundial, muajajajaja), pero le falto peso al personaje de Minerva.

    Saludos y gracias por los capitulos.

    P.D. Fuerza de troll, inteligencia de enano, ¿que mas se puede pedir?

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    1. Gracias y podría tranquilamente tomarme unas vacaciones más porque estoy agotadísima de tanto caminar, pero no les puedo hacer eso con todo el apoyo que me dan, y estoy de acuerdo contigo en lo de Mayordomo, yo tampoco me lo imaginaba así. En cuanto a lo de Minerva, en algún momento me gustó la pareja que hacía con Artemis, pero quedó en la nada y prefiero 100 veces más que él esté con Holly... gracias por leer y comentar :)

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